Jordi Bertomeu, director ejecutivo de la Euroliga, que en principio dejará su cargo de CEO cuando se lo comuniquen los clubes (así lo decidieron estos en una votación resuelta por 6-5), aunque aún no tiene ninguna información al respecto, atendió a algunos medios de comunicación desplazados a la Final Four que se está disputando en Belgrado.

En un desayuno informativo, Bertomeu se refirió a las plazas wildcard para la Euroliga 2022-23, que ya tiene asegurada la presencia del Virtus Bolonia como campeón de la Eurocup. El finalista no tendrá plaza en la máxima competición porque uno de los ascendidos vía Eurocup en 2021, el Mónaco, se metió en el playoff de cuartos y aseguró su continuidad.

Para esas plazas concedidas vía wildcard, en una situación además excepcional por el conflicto bélico que hace casi imposible la presencia de equipos rusos el próximo año (el CSKA parece que continuará siendo uno de propietarios de la competición con derecho a voto, aunque no juegue), están posicionado clubes de España, la Liga Adriática (el campeón va seguro, pero podrían ser incluso dos equipos, quizá el Partizán y el Estrella Roja) y Turquía. Este último país tiene al finalista de la Eurocup, el Frutti Extra Bursarpor. En España, es un secreto a voces que el Valencia Basket sería el gran candidato a hacerse con un puesto para regresar a la Euroliga.

Bertomeu recordó también que hace falta un presupuesto mínimo de siete millones de euros para disputar la Euroliga, mientras que un club de Eurocup tendrá que estar en al menos 2,5 millones. Esta competición, de la que dijo es totalmente sostenible y que los clubes de la Euroliga no tienen que poner dinero para que subsita, mantendrá su formato de esta temporada, con fase regular y cruces de eliminación a un solo partido desde octavos hasta la final, siempre en la pista del equipo con factor cancha a favor.

Otro punto importante que destacó el dirigente es que el nuevo Santiago Bernabéu, el estadio del Real Madrid, podría albergar la Final Four de la Euroliga en un futuro próximo y después de su profunda remodelación. Ha habido alguna conversación informal con el club blanco, pero para avanzar más en esta posibilidad habrá que esperar a que las obras del estadio finalicen por completo. Una idea que Bertomeu, ha asegurado, ya valoró en el pasado.

Por último, apuntó que la competición estrechará más el control financiero respecto al presupuesto de los clubes y los ingresos generados, para que haya un límite salarial más estricto y la inversión en la plantilla no pueda superar el 60 o 65% del gasto total de cada club, a su vez que se limitará la aportación de los propietarios a ese presupuesto. El reto es que cada equipo trabaje mejor comercialmente y con las nuevas tecnologías y genere más recursos. La Euroliga ha crecido esta temporada un 12% en lo que que produce comercialmente y un 22% en audiencia.