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NBA | LAKERS 102 - CLIPPERS 105

La vida sigue igual en los Lakers: derrota, polémica y final eterno

El Instant Replay alargó el final de un partido que los Lakers remontaron para, otra vez, morir en la orilla. LeBron intentó forzar la prórroga sin suerte.

El Instant Replay alargó el final de un partido que los Lakers remontaron para, otra vez, morir en la orilla. LeBron intentó forzar la prórroga sin suerte.
El Instant Replay alargó el final de un partido que los Lakers remontaron para, otra vez, morir en la orilla. LeBron intentó forzar la prórroga sin suerte.Katelyn MulcahyAFP

Los Clippers llevan seis victorias consecutivas ante los Lakers, algo que no tiene parangón en la historia de la NBA. Como tampoco lo tiene el hecho de que LeBron James esté en un equipo que tiene un récord de 27-32 a estas alturas de la temporada. De una forma u otra, lo que ha dejado de ser raro ha sido que los de púrpura y oro pierdan una y otra vez en una temporada marcada por el coronavirus, las lesiones, las bajas, la mala suerte y los errores propios, esos procedentes del pasado verano, en el que ficharon a un Russell Westbrook que ha acabado siendo un lastre dentro de un equipo veterano, casi viejo, vanidoso sin motivo y demasiado endiosado como para ir como van y estar como están.

En un partido que tuvo varias caras, los Lakers remontaron un partido que llegaron a perder de 16 puntos para morir, una vez más, en la orilla. Las ventajas del último cuarto fueron desperdiciadas ante un rival que se fue a 53 puntos desde el banquillo en un encuentro con muchas alternativas, 17 cambios de liderato en el marcador y 11 empates. Los Lakers llegaron a ir 95-90 a 5 minutos para el final, 98-93 a menos de 4, 100-95 a menos de 3 y 102-101 dentro del último minuto, con dos tiros libres de Austin Reaves que fueron, a la postre, los últimos puntos que anotaron los angelinos, que se hundieron sin remedio en la fase final del choque, ese clutch time en el que nada pudieron hacer y en el que fallaron sus últimos seis lanzamientos. Incluido un lejano intento de triple de Carmelo Anthony en una jugada muy mal planteada cuando los angelinos solo iban uno abajo (102-103) y un postrero intento desde la esquina de LeBron, a la desesperada, con 0,7 segundos en el luminoso y para forzar la prórroga.

Claro que, en medio de todo eso, hubo cosas muy raras al final del encuentro. Los últimos 30 segundos se alargaron por más de 20 minutos (no hay hipérbole, prometido) por culpa del Instant Replay, consultado en dos ocasiones por los árbitros para pitar un saque de banda a LeBron muy justo antes de corregir una falta que se habían inventado de Talen Horton-Tucker. Los Clippers se comieron entonces el balón en una infracción de 8 segundos en su propio cambio y los Lakers lo recuperaron para fallar y perder el partido, uno más en una temporada que se está haciendo muy larga y en la que resuenan las trompetas que LeBron James ha hecho sonar durante el All Star, con dardos a Jeannie Buss, Rob Pelinka y la organización angelina por su gestión. Será agente libre en 2023, que a nadie se le olvide. Su hijo llega a la NBA en 2024. Y no cierra la puerta a los Cavaliers. Ahí queda eso.

Del partido poco más se puede rascar más allá del resultado. Los Clippers hicieron su enésimo gran trabajo coral y tuvieron a siete jugadores por encima de la decena de puntos en una temporada fantástica para ellos, si contamos que están jugando sin Kawhi Leonard ni Paul George y que van octavos de la Conferencia Oeste (31-31) a 1,5 partidos del séptimo. En los Lakers21 puntos para LeBron, muy mal en el tiro (6 de 18, con 2 de 8 en triples), a los que añadió 11 rebotes y 3 asistencias. Y 18 de Carmelo desde el banquillo, 16 de Horton-Tucker, 18 de Westbrook (9 de 21 en tiros y 0 de 3 en triples) y 14 puntos y 16 rebotes en 26 minutos para Dwight Howard, la mejor noticia angelina. Poca cosa y un futuro inmediato aciago, con el peor calendario de la NBA y todavía dos meses por delante para los playoffs y, probablemente, el final de su temporada, ya veremos si en el play-in o en una fase final en la que los Lakers tendrían muy complicado competir con algo de honor. En fin, lo dicho: la vida sigue igual. Al menos, para los Lakers.