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NBA | CLIPPERS 117 - BLAZERS 109

Paul George se desmelena

Nueva exhibición de Paul George y quinta victoria consecutiva para los Clippers, que carburan sin Kawhi. Batum y Reggie Jackson, excelentes. Los Blazers no levantan cabeza.

Nueva exhibición de Paul George y quinta victoria consecutiva para los Clippers, que carburan sin Kawhi. Batum y Reggie Jackson, excelentes. Los Blazers no levantan cabeza.
Nueva exhibición de Paul George y quinta victoria consecutiva para los Clippers, que carburan sin Kawhi. Batum y Reggie Jackson, excelentes. Los Blazers no levantan cabeza.Gary A. VasquezUSA TODAY Sports

Toca hablar de Paul George. Si Kawhi  Leonard al lado, el alero ha vuelto a mostrar esa mejor versión intermitente que ahora mismo le da números para ser MVP. 26,7 puntos, 8,3 rebotes (máximo de su carrera), 5,4 asistencias (máximo de su carrera), 2,5 robos (máximo de su carrera) y un 46% en tiros de campo, un 36% en triples y un 86% en triples. Los Clippers llevan 5 victorias consecutivas después de un inicio dubitativo en los que el alero ha sido capitán general, increíble referencia y líder moral y espiritual. Y empiezan a jugar bien y a tener una gran fiabilidad a la espera, una vez más, de ese Kawhi que aparece en el Staples para ver a sus compañeros pero sigue sin fecha exacta de regreso, pero que parece haber dejado atrás sus desavenencias, numerosas en verano, con los angelinos y su personal médico. Y, si su equipo sigue así, uno que se quedó, recordemos, a dos victorias de las Finales hace unos meses... ¿quién sabe?

Paul George se ha ido a 24 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias (con sólo 3 pérdidas) en una nueva victoria angelina, esta vez ante los Blazers. Lo ha hecho en un encuentro en el que el poder colectivo ha imperado sobre el individual, ante un rival en horas bajas y con un último cuarto que los Clippers han manejado a la perfección. También con la ayuda de Nicolás Batum, que promedia dobles dígitos por primera vez en cuatro temporadas y está, camino de los 34 años, viviendo una segunda juventud que nadie pensaba que volvería: 22 tantos y 6 de 8 en triples ante Portland. Y con la ayuda de Reggie Jackson, ese base unidimensional y con ínfulas de grandeza, además de sobrepagado en los Pistons, que ha encontrado su sitio en el esquema de un Tyronn Lue siempre infravalorado, pero al que no parece importarle el hecho de no aparecer casi nunca entre los mejores entrenadores de la Liga. 23 (10 de 20 en tiros) con 6 asistencias para el base, soberbio y comedido a partes iguales.

Y no se queda ahí la cosa: Isaiah Hartenstein economiza al máximo sus minutos y hace daño en la zona sin pudor ni parangón (14 tantos en 17 minutos con 6 de 7 en tiros de campo); Bledsoe, denostado (con razón) en los Bucks, consiguió 11+5+6 y no desentonó en defensa. Y Zubac aportó otros 11 tantos, con 7 rebotes. Un poco de todo ante los Blazers en un partido en el que el equipo de Tyronn Lue lanzó de forma excepcional: 51,8% en tiros de campo, 53,3% en triples (16 de 30, brutal) y solo 8 pérdidas de balón. Los Clippers entraron solo 4 arriba al último cuarto (83-79) y con menos de 4 minutos para la conclusión estaban a tiro de piedra de sus rivales (103-100). Tras esto, parcial de 8-0 cerrado con un providencial 2+1 de Paul George y adiós a las posibilidades de los Blazers, que (una vez más) estuvieron siempre en el partido y (una vez más) perdieron.

Los de Oregón, que no encuentran su sitio en la Liga con el cambio de entrenador (Terry Stotts salió y llegó Chauncey Billups), ni carburar ni dan esperanzas. 5-6 de inicio y derrota tras dos victorias consecutivas, una muy buena y que generó cierto optimismo ante los Lakers. Damian Lillard se fue a 27 tantos, 11 de ellos en el último cuarto, pero la realidad se impuso ante un rival que, simplemente, hizo más por ganar. 13 tantos para un McCollum que es una sombra, más por juego que por estadísticas, de lo que en su día fue, y 15+13+6 para un buen Nurkic. Bien en el rebote y en la toma de decisiones, los de Billups fallaron en el momento clave, justo cuando habían hecho la parte difícil y se habían quedado a 3 puntos: cuatro ataques consecutivos fallados, incluido un error debajo de la canasta de un Robert Covington (6 puntos y 2 de 8 en tiros en casi 39 minutos) que robó pero no resolvió debajo de la canasta. Y adiós a las posibilidades de victoria.

Y ahí están los Clippers. Impertérritos ante la adversidad, infranqueables en orgullo, heroicos en los últimos playoffs y también en un inicio en el que nadie está bien, pero en el que están empezando a estar (muy) bien. Five in a row, como dicen en Estados Unidos, 6-4 de récord (que era de 1-4), buen juego, un reconocimiento a su sincronía y a su juego colectivo y a soñar con cosas más grandes que todavía están lejos en el tiempo (porque queda mucho para los playoffs, más que nada), pero que son posibles si mantienen este nivel hasta que vuelva Kawhi y veamos cómo ha vuelto. De momento, el héroe es Paul George, ese jugador capaz de todo, esa estrella que no cae bien pero juega de forma excelente, ese ser de otro planeta que tiene nivel de sobra para pertenecer a la clase más alta de la NBA. Aunque muchas veces esté empeñado en demostrar lo contrario. Un jugador singular, especial y controvertido al mismo tiempo. Un hombre capaz de estar un día en el cielo, y al siguiente en el infierno. Y, ahora mismo, un candidato a MVP. Eso seguro.