Campazzo, Deck, Vildoza... El año en que la NBA comió de Europa
Hasta cinco jugadores han salido de sus clubes con la Euroliga en marcha para recalar en la competición estadounidense. En ella, se abren paso.
Facundo Campazzo, Gabriel Deck, Mike James, Luca Vidoza y Elijah Bryant. Uno tras otro, y en este mismo orden, todos han hecho las maletas en el presente curso baloncestístico para volar desde Europa y aterrizar en la NBA. Un éxodo sin precedentes, no por el número, que ya no sorprende en una competición estadounidense que cada vez es más internacional; sino por las formas. Con sus matices, pero abruptas, fugaces, sin margen de maniobra. El Real Madrid, entre todos los equipos del viejo continente, ha sido el que más lo ha sufrido. La salida de Facu no era imprevisible, ni mucho menos, pero no por ello fue menos dolorosa. Desde las oficinas blancas, que compartían los generalizados problemas económicos de la pandemia, se decidió no hacer ningún refuerzo para paliar el hueco. "Fue una pelea de perros (dogfight). Teníamos que encontrar la forma de cubrir la cláusula de salida", ha revelado recientemente el agente del jugador cordobés, David Carro. Al final, se encontró la fórmula y Campazzo cumplió su sueño: "De chico la NBA era una fantasía superlejana (...). Ya he llegado, estoy aquí y quiero jugar bien, no me conformo con debutar, intentaré hacerme un hueco", declaró el base a AS nada más aterrizar en Denver.
Las restricciones económicas para las franquicias norteamericanas, que no pueden acometer pagos de cláusulas de más de 750.000 dólares, no fueron suficientes. Ni en su caso ni en el de Deck, Vildoza o Bryant, pues el de James es un caso muy distinto. Una situación atípica, con un marco que ya abrazaba debates eternos y que replantea, en la mente de muchos, el tipo de relaciones que la NBA puede mantener con el resto de ligas, el objetivo de cuyos jugadores es, en infinidad de casos, terminar jugando en la competición estadounidense. Un dolor de cabeza que siempre ha existido para los equipos del viejo continente, pero que se acentúa en situaciones como las vividas durante esta campaña. "La Euroliga y la FIBA deben sentarse urgentemente y decir que 'nadie puede irse a la NBA hasta que los equipos de allí paguen unos cinco millones de euros de cláusula'. Lo que se ha hecho aquí debe ser respetado. Me temo que, si eso no pasa, la NBA acabará instalando una división aquí en algún momento", apuntaba ya el año pasado el laureado entrenador esloveno Zmago Sagadin.
En muchos casos, los paralelismos llevan a pensar en un modus operandi llamado a proyectarse. Si en el seno de la NBA, esta temporada, se puso de moda dejar de jugar antes de los buyouts (Blake Griffin, LaMarcus Aldridge, Andre Drummond...); en las relaciones con los equipos de la Euroliga los movimientos han estado macados por el 1+3. Un curso garantizado, para poner a prueba a los jugadores, y otros tres que, según los resultados del periodo anterior, pueden llegar a concretarse. Es el caso de Deck y Vildoza. Si se habla del segundo, llevado al extremo: el exjugador de Baskonia no se espera que debute esta temporada en la NBA, se probará durante la summer league y, a partir de ahí, se decidirá. "Aún queda mucho tiempo para que venga aquí. Nuestros ojeadores quedaron encantados con él. Tendremos tiempo de analizarlo durante el verano", aseguró Tom Thibodeau, entrenador de New York Knicks, nuevo equipo del jugador argentino, al NY Post.
"La NBA 'roba' constantemente conceptos de Europa"
El último en emular el proceso ha sido Elijah Bryant, que ha cambiado Tel Aviv por Milwaukee. El escolta estadounidense, que ha promediado 9,8 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias en la presente Euroliga, de esta forma, se ha redimido del pasado en su país natal. En 2018 no fue drafteado y, posteriormente, sólo pudo mostrarse en la liga de verano. Primero, con Philadelphia 76ers; después, con los propios Bucks, que han acudido a él para sellar su plantilla de cara a la fase final de la NBA. En su caso, tras pago por parte de la organización de Wisconsin de una cláusula de medio millón de dólares; es decir, dentro de las restricciones. Muy jugoso.
El último de la lista. Una que por momentos pareció que podía, incluso, apuntar más nombres. El Real Madrid, de nuevo, quedaba como uno de los grandes perjudicados; aunque de forma indirecta. El Baskonia, por partida doble, de forma directa. Antes, incluso, de confirmarse el movimiento de Vildoza, el futuro de Pierriá Henry amenazó con pasar por Minnesota. Y de forma inmediata, dejando en nada el acuerdo entre la entidad madrileña y la vasca de cara a la próxima temporada, en la que, si la NBA no se vuelve a entrometer, el base, previsiblemente, pasará a formar parte de la disciplina blanca. La competición estadounidense ha empezado a fijar sus objetivos para el presente, aunque no se olvida del futuro. Los propios Wolves, en principio contarán con Leandro Bolmaro para el próximo curso. El jugador argentino, que se unirá a Campazzo, Deck y Vildoza en la nómina albiceleste, renovó con el Barcelona hasta 2023 con una cláusula de 900.000 dólares, fácilmente salvable con el cupo y una compensación en el sueldo. Independientemente de ello, el jugador ya fue drafteado el año pasado en la liga norteamericana. Tras ser seleccionado por New York Knicks en 23ª posición, sus derechos fueron traspasados a la franquicia de Ricky Rubio y Juancho Hernangómez.
Usman Garuba podría ser el próximo, aunque siguiendo el proceso normal del draft. Sin sobresaltos. Tras sus exhibiciones frente al Anadolu Efes, su nombre ha ganado en entereza y, situado entre las posiciones 11 y 15 de la selección, cada vez genera más halagos: "Claramente hablamos de que tiene opción de convertirse en uno de los mejores defensores de la NBA", se baraja en las tertulias de la ESPN.
No es algo puntual. El respeto que se tiene desde la NBA hacia el baloncesto practicado en Europa ha crecido de forma notable en las últimas temporadas. Lo que antes eran casos puntuales ahora son ley universal, con la posibilidad, mediante Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic, de que, durante tres años consecutivos, el MVP de la competición proceda del viejo continente (hablando, como en todo el artículo, de origen baloncestístico y no de partida de nacimiento, aunque ahora coincidan). "La brecha actual entre el baloncesto estadounidense y el europeo es muy pequeña. Hoy en día, algunos de los mejores jugadores de la NBA son europeos y, por el contrario, algunos de los mejores jugadores de rol son estadounidenses", declaraba recientemente Ryan Saunders, el técnico más joven de la competición estadounidense en 40 temporadas, para este mismo medio. Sin quedarse ahí. Según el exténico de los Wolves, el baloncesto europeo, a día de hoy, es fuente de inspiración para la mejor liga del mundo: "Nosotros, como entrenadores de la NBA, estamos constantemente "robando" conceptos de Europa", aseguraba, al mismo tiempo que no cerraba la puerta a poder entrenar algún día fuera de Estados Unidos. Revelador.
Campazzo, James y Bryant, a por el anillo
Los resultados dan la razón a Saunders. Si los movimientos podían coger a los aficionados, y a los propios equipos o jugadores, por sorpresa; las reacciones han sido igual de sorprendentes. Se han quemado etapas a gran velocidad, reduciendo los procesos de integración al máximo y, en los casos en que se ha podido, aportando desde el primer momento. Elijah Bryant, en su debut con los Bucks, dejó 16 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias. Su nombre podría entrar en los planes de Mike Budenholzer de cara a la rotación de unos playoffs que marcarán el destino del entrenador. Para eso ha llegado, en principio. Junto a Anteto, Khris Middleton o Jrue Holiday luchará por el anillo, al igual que Campazzo y Mike James. Deck, con aspiraciones colectivas muy distintas y con el curso finiquitado, también ha sido un valor de rendimiento inmediato. Con actuaciones de hasta 16 y 18 puntos, parece que ha convenido en Oklahoma, que raramente no ampliará su contrato hasta los tres años que, a día de hoy, no tiene garantizados.
El Facu, de todos los mencionados, ha sido el que más ha tenido que sudar. Ahora, lesiones mediante, es una baza más a la que los Nuggets deben aferrarse de cara a la persecución de un anillo que, por momentos, estuvo muy cerca y que, de golpe, se alejó cruelmente. Campazzo arrancó acaparando muchas miradas en pretemporada, luego, fruto de las mismas expectativas creadas, tuvo que hacer frente a las críticas más feroces; ahora, es titular indiscutible, con promedios que sólo han ido a más y que se integran, a la perfección, en lo que la NBA demanda. No sólo defiende de forma excepcional, con esos fundamentos que, seguramente, encandilan a Saunders; sino que también ofrece la porción de espectáculo que el aficionado norteamericano demanda. Tres de las mejores asistencias de la temporada, según la propia NBA, son suyas. Ha terminado la temporada regular en 6,1 puntos, 2,1 rebotes, 3,6 asistencias, 1,2 robos y con la sensación de que, de cara al próximo curso, podrá arrancar sin el manto de la duda arropándole.
Mike James, por su parte, está obligado a ello. La renovación de Dimitris Itoudis como entrenador del CSKA de Moscú, para los dos próximos años, hace incompatible que el base regrese al equipo ruso. En su caso, no fue la NBA quien le vino a buscar: él huyó hacia su tierra natal, fruto de las desavenencias con el técnico. Ahora, ante la nueva situación, deberá verse qué pasa con su situación contractual, con dos años y 5 millones restantes. En todo caso, y sea una rescisión o la dilatación de la situación actual, todo apunta a que James buscará alargar su periplo por Estados Unidos. "Estoy contento por su éxito en la NBA. Las buenas actuaciones de Mike en Brooklyn lo benefician tanto a él como a nosotros", ha declarado Andrey Vatutin, presidente del CSKA. Tras dos contratos de 10 días, James se ha ganado la posibilidad de luchar por el anillo con Brooklyn Nets, al lado del big-three y con un mar de posibilidades. Encaja en la idiosincrasia de la liga, con esa asistencia a tabla para Durant que muchos catalogan como la jugada del año, y la adaptación también ha sido feroz: 7,7 puntos y 4,2 asistencias. Uno más. En total, tres jugadores que empezaron la temporada jugando la Euroliga y que pueden terminarla luciendo el anillo de la NBA. Nuevos tiempos.