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NBA | SIXERS 131 - JAZZ 123

Embiid explota, la NBA tiembla

Gran Howard, prórroga, expulsión de Mitchell... Embiid domina con 40 puntos y 19 rebotes un espectacular duelo entre los líderes de cada Conferencia.

Joel Embiid, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Philadelphia Sixers y Utah Jazz.
Joel Embiid, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Philadelphia Sixers y Utah Jazz.Tim NwachukwuAFP

Duelo de altura y victoria de Embiid. El pívot y sus Sixers fueron los grandes reforzados de la noche al batir a Utah, el equipo más en forma de la competición, en un partido en el que hubo de todo, prórroga incluida, y en el que emergieron legítimamente los locales, que remontaron en el último cuarto gracias, en parte, a unos excelentes minutos de Dwight Howard, y sentenciaron en una prórroga en la que fueron mejores y en la que Donovan Mitchell tuvo que decir adiós y poner rumbo al túnel de vestuarios tras recibir dos técnicas casi consecutivas. De hecho, el escolta fue el mejor de su equipo solo a medias, aunque sí tuvo las mejores estadísdicas con 33 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias (sólo 3 pérdidas), aunque lanzó con un pobre 12 de 34 en tiros de campo (apenas un 35%), incluido un 5 de 12 en triples, lo que llevó a los Jazz a tener un -11 con él en pista, merced en parte a esas dos técnicas, la primera auspiciada de manera muy graciosa por un Embiid que protestó de forma inteligente, y la segunda por él mismo, hecho un manojo de nervios y dando un fuerte golpe a una caja de agua con la que dio a un operario. Algo por lo que se disculpó en el acto, todo hay que decirlo.

Mitchell, que disputó más de 42 minutos, fue el líder moral de un equipo que suma, ojo, su tercera derrota en los últimos cuatro partidos después de irse a 22 victorias en los anteriores 24, lo que les permitió hacerse con el liderato de la Conferencia Oeste, uno que siguen manteniendo con un récord de 27-9 (son el único equipo que todavía no ha llegado a las 10 derrotas). Eso sí, ya perdieron ilógicamente ante los Pelicans y unos días antes contra Miami, resultados que demuestran una leve pérdida de fuelle antes del All Star y que no empañan el buen partido que han hecho hoy a pesar de la derrota y ante, recordemos, el líder del Este, los Sixers.

Contra Embiid, claro, poco pudieron hacer los Jazz. El pívot cuajó una de las mejores actuaciones de la temporada y sigue opositando al MVP, uno que no conquista ningún pívot desde que en el 2000 lo hiciera Shaquille O'Neal. Ha llovido desde entonces, aunque el camerunés, si el récord de los Sixers sigue al alza, es un firme candidato a conseguirlo. Ronda los 30 puntos por partido, atrapa más de 11 rebotes, reparte más de 3 asistencias y lanza con números de récord en su carrera: por encima del 50% en tiros de campo, del 40% en triples y del 86% en tiros libres, todos topes personales. Contra Utah, se fue a 40 puntos, 19 rebotes, 3 asistencias, 1 robos y 2 tapones. Además, perdió solo 2 balones, y anotó 14 lanzamientos de los 27 que intentó, con 2 de 5 en triples y 10 de 13 en tiros libres. Y su equipo acabó con un +10 con él en pista. En definitiva, una actuación formidable que redondeó con un espectacular triple para forzar la prórroga (con Bojan Bogdanovic encima) e imponiéndose en su duelo personal con Rudy Gobert, al que dejó en 12 puntos (4 de 10 en tiros de campo) y 9 rebotes.

El partido tuvo un héroe inesperado, Dwight Howard, que fue protagonista en el inicio del último cuarto, terreno de remontada de los Sixers. El pívot, que ha elegido un destino mejor que su compañero el año pasado en los Lakers, Rajon Rondo, ha llegado a un aspirante y no a un equipo en construcción como los Hawks, en el que el base ganará más dinero pero tendrá menos posibilidades de hacerse con un anillo que para el center sería el segundo, lo que también ayudaría a favorecer esa carrera por la redención en la que se encuentra desde inicios de la temporada pasada. Howard tuvo una racha increíble en poco más de tres minutos en la que consiguió 6 puntos, incluido un triple (el cuarto de la temporada y el 13º de su carrera deportiva), atrapó un rebote, robó un balón y puso un espectacular tapón sobre Mike Conley, que pudo sentenciar antes de la prórroga pero cuyo lanzamiento se fue al agua tras jugar con el aro. En esa fase, de 8-0 para el equipo de Doc Rivers, se pasó del 92-84 de inicios del periodo al 92 iguales y a un partido nuevo que se acabó decantando del lado de Philadelphia.

El héroe de la prórroga fue Tobias Harris, con 11 de sus 22 tantos (con 10 rebotes). Danny Green volvió a los fueron del curso pasado (también con Lakers) y disputó un mal partido (1 de 6 en tiros con 1 de 5 en triples), pero Seth Curry se fue a 14, Shake Milton 12 desde el banquillo y Ben Simmons, en una actuación más tímida de lo habitual en cuanto a protagonismo, llegó a los 17, con 4 rebotes y 6 asistencias. Y los Sixers presentan su candidatura, se muestran como el ejemplo de regularidad más claro de la competición norteamericana y suman su cuarta victoria en los últimos cinco partidos, con un récord de 24-12 que les mantiene en el primer puesto de la Conferencia Este con solo medio partido de ventaja sobre unos Nets con los que la NBA entera está temblando. Con ellos y con Embiid, ese pívot que está de dulce y lidera a unos Sixers que se juegan el proyecto y que tienen un sueño del que la gente solo habla en susurros. Por lo que pueda pasar.