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NBA | KINGS 123 - LAKERS 120

Los denostados Kings ganan a los Lakers... y LeBron descansa

LeBron James descansó por primera vez en toda el curso. Los Lakers llegaron por delante al final, pero fallaron en el momento clave y ya son cuartos del Oeste.

Dennis Schröder, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Sacramento Kings y a Los Angeles Lakers.
Dennis Schröder, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Sacramento Kings y a Los Angeles Lakers.JOHN G. MABANGLOEFE

Cuando, horas antes de que empezara el partido entre Lakers y Kings, se supo que LeBron James iba a descansar, pocos se lo creyeron. Era la primera vez en toda la temporada que la estrella de los Lakers se iba a perder un encuentro. Hasta ahora, y con 36 años, llevaba 36 de 36, con un promedio de 25,8 puntos, 8 rebotes y 7,8 asistencias, un buen papel en defensa y el liderato total de un equipo que ha contado con ya 14 ausencias de Anthony Davis y que tuvo un inicio fulgurante antes de que las lesiones resintieran una plantilla que ha sumado, en Sacramento, su sexta derrota en los últimos ocho partidos. La proximidad del All Star, que LeBron disputará a pesar de sus quejas públicas, ha provocado que el Rey pactara unos minutos de descanso con su técnico, Frank Vogel, al que parece importarle perder el tercer puesto de la Conferencia Oeste a favor de los Suns, que les batieron el otro día con, precisamente, una actuación formidable de LeBron: 38+5+6, 2 robos, 1 tapón... y 38 minutos más para unas piernas que se han resentido en demasía en un último mes lleno de prórrogas, una cantidad ingente de tiempo en pista a pesar de las lesiones y la asunción de una mayor responsabilidad con Anthony Davis (y compañía) en el dique seco.

La proximidad del All Star ha obligado al cumplimiento de un descanso casi forzado, pero LeBron no es lo que dejan el barco a la deriva ni durante una noche. En los desahuciados Cavaliers de la 2017-18, su último año en Ohio antes de poner rumbo a Los Angeles, disputó los 82 partidos por primera vez en su carrera ante la avalancha de mal juego generado, con una plantilla desmadejada y una identidad, la del anillo de 2016, completamente perdida. Y no sólo eso, también les metió en las Finales con una actuación suprema en playoffs. Otro ejemplo de su compromiso y su forma de ver el baloncesto se hizo latente en la pasada temporada: con 35 años, muchos le pedían más descanso a pesar de promediar 34,6 minutos por partido, el mínimo de su carrera (cifra idéntica a la del presente curso), pero James se negó a ver los enfrentamientos desde el banquillo a no ser que ubiera una causa de fuerza mayor, como una lesión. Esto le enfrentó, no directa pero sí sibilinamente, con un Kawhi Leonard que ha apadrinado la idea del load managment, absolutamente corregida en la actual temporada por su nuevo entrenador, Tyronn Lue, ante los malos resultados de la pasada y en consonancia con su idea de juego, que empieza por tener una química con las menores fisuras posibles.

Sin LeBron, el partido estuvo parejo, lleno de alternativas (hubo 14 cambios de liderato y 11 empates), y con muy buenos ratos de los Lakers, que no pudieron cerrar al final un duelo que tuvieron en su mano y que se habrían merecido. El primer cuarto fue majestuoso en los dos lados de la pista (23-31), pero los Kings despertaron en el segundo con uno de esos acelerones típicos de la cada vez más denostada dirección de Luke Walton y que casi nunca se mantienen en el tiempo: 40-30 y 63-61 al descanso. En la reanudación, el toma y daca fue constante, con ambos equipos teniendo opciones de forma constante. El último periodo fue una locura: los angelinos empezaron con ventajas de 87-92 y de 90-94, pero los Kings le dieron la vuelta a la tortilla y llegaron a irse ocho arriba (108-100) con seis minutos por jugarse. Una canasta de Montrzl Harrell empataba el duelo a 115 con algo más de un minuto para el final y dos tiros libres de Schröder ponían el 119-120 con 42 segundos. Harrison Barnes daba ventaja a los locales y la jugada siguiente fue un auténtico disparate: fallo de Schröder en la penetración, rebote de Harrell, fallo de Harrell, rebote con nuevo error, otra vez de Harrell, rebote de Kuzma, tercer fallo consecutivo de Harrell, y un intento más para Kuzma, muy forzado y detrás de la canasta, tras el cuarto rebote ofensivo angelino en la misma jugada.

El partido no dio para más, con Barnes sentenciando desde la personal y Kuzma fallando un postrero triple que habría forzado la prórroga. Los Lakers no dieron mala imagen a pesar de las bajas: 25 puntos y 13 rebotes de Kyle Kuzma, 28, con 9 asistencias, de Schröder, y 26+12 de Harrell, que oposita a su segundo premio a Mejor Sexto Hombre consecutivo tras arrebatarle el del año pasado, precisamente, a Schröder. Kentavious Caldwell-Pope se fue a los 10 puntos sin fallo (4 de 4 en tiros de campo con 2 de 2 en triples) y Markieff Morris llegó a los 11, con Talen Horton-Tucker mejorando, ligeramente, desde el banquillo, tras varias actuaciones que han dejado mucho que desear: 9+2+5+2. En los Kings, 20+3+6 de Harrison Barnes, 29+6+6 de Buddy Hield, 23, con 8 asistencias para De'Aaron Fox y unas horas, pocas, de respiro para Walton, que llegaba con 10 derrotas en sus últimos 11 partidos a sus espaldas y ve los playoffs cava vez más lejos: están a 4,5 victorias del octavo puesto y deberán hacer un sprint tremendo tras el All Star si quieren dar una machada que no parece posible. ¿Y los Lakers? Cuartos del Oeste, con Portland a 2,5 victorias, los Spurs a tres... en fin. Cuando estén todos, veremos. Y juzgaremos.