Sigue coleando The Last Dance, el documental sobre Michael Jordan y su camino hacia los seis títulos de campeón de la NBA con Chicago Bulls que fue una sensación durante las semanas de confinamiento. Tras el parón de la Liga después del positivo por Covid de Rudy Gobert, ESPN se llenó de peticiones de aficionados que querían que se adelantara el mega documental (diez capítulos) para rellenar el vacío de competición en un tramo del calendario en el que se tenía que entrar en el vértigo de los playoffs. Finalmente, y aunque estaba previsto para junio (después de unas Finales que acabaron cerrándose el 11 de octubre), ESPN accedió, y The Last Dance fue un éxito abrumador que recuperó la extraordinaria y complicada figura de Michael Jordan y todo lo que la rodeó en el baloncesto de los años noventa.

Scottie Pippen, el gran escudero de Air Jordan en los Bulls y uno de los mejores aleros de la historia, ha sido uno de los que más se ha referido a una serie documental en la que, obviamente, es uno de los grandes actores secundarios. A veces lo ha hecho para defender a su excompañero, pero también ha filtrado sus críticas al producto final, como cuando el periodista Daniel Greenberg aseguró, a finales de mayo, que Pippen estaba “lívido, mucho más que furioso”, y que se estaba dando cuente de que “no sabía dónde se estaba metiendo” cuando aceptó participar en el documental.

No todo el mundo aplaudió el resultado final de The Last Dance (aunque todo el mundo lo vio, o eso pareció). No fueron pocas las voces que dejaron claro que se trataba de un producto visualmente impecable pero demasiado inclinado a las versiones y causas del propio Jordan, que tenía (como coproductor) el control final sobre todo lo que se emitía. Pippen ha hablado ahora abiertamente en una entrevista para The Guardian. Cuando se le pregunta cómo de veraz es The Last Dance, el exjugador se expresa así: “No creo que demasiado si se trataba de mostrar lo que logramos en una de las eras más grandes para el baloncesto y gracias a dos grandes jugadores. Y, seguramente, el mejor equipo de la historia. No creo que eso se perciba así en el documental Creo que acabó siendo más una cuestión de Michael tratando de ser glorificado, de ponerse a sí mismo por las nubes. Creo que en cierto modo se acabó volviendo contra él porque la gente pudo ver qué clase de personalidad tenía Michael realmente”.

Además, Pippen contó cómo le fueron las cosas cuando le dio su opinión a su excompañero: “Le dije que no estaba contento con el resultado final. Y lo aceptó, me dijo ‘sí, tienes razón’. Y ya está, eso fue todo”.

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