Riley se enreda con los Lakers: "Este título tiene asterisco"
El directivo de los Heat ha revivido el debate del asterisco. Primero ha dicho que el título de los Lakers lo tiene... y luego ha asegurado que son justos ganadores.
Hubo un tiempo, cada vez más lejano, en el que los Spurs conquistaban el primer anillo de su historia. Lo hicieron en 1999, tras derrotar a los Knicks en las Finales e iniciar una dinastía que ha acabado recientemente, con ese final anticipado que ha dejado a los de Popovich sin playoffs tras 22 temporadas consecutivas sin faltar a la cita. Ni la plantilla que tenían por aquel entonces era igual que la de ahora, ni Pop es el mismo entrenador. Por un lado, ya no hay ni rastro de los Sam Elliot, Avery Johnson o David Robinson de turno. Tampoco de Tim Duncan, una estrlela emergente que se hacía con el MVP de las Finales en su año sophomore (22 años y 27,4+14 en la serie definitiva). Y el único que se mantiene ahí es el propio técnico, que sigue postergando una retirada que nunca llega y continúa en la mejor Liga del mundo como la última gran institución en activo del mundo de los banquillos.
Lo que también sigue coleando por la mejor Liga del mundo, además de Pop, es una expresión, una palabra, que nació por aquel entonces y sigue calando hoy en día en ciertos y minoritarios sectores: el asterisco. Fue Phil Jackson el que definió como temporada del asterisco a ese anillo de los Spurs, algo que el técnico de los Spurs nunca le perdonó. Los 50 partidos disputados y la ausencia de All Star provocaron que para algunos no fuera suficiente para calibrar fuerzas, méritos y la selección natural de los 16 equipos que disputan cada año los playoffs, ocho por Conferencia. Esto último es más discutible, porque si ajustamos las cinco temporadas que van de 2006 a 2011 a esos 50 encuentros, de los 80 equipos que llegaron a los playoffs en ese periodo de tiempo, 73 hubieran mantenido su billete para las eliminatorias por el título. La incidencia era menos al 9%, pero la mala forma en la que llegaron los jugadores al inicio de temporada, con una puesta a punto preparada para tres meses antes, se notó en la peor anotación conjunta por partido (183,2 puntos) desde que se instauró el reloj de posesión, una cifra que baja a los 175 en playoffs. Ese curso, iniciado en enero, no tuvo a ningún equipo que llegara a las 100 posesiones en 48 minutos de juego (91,6 de media) y solo se anotaron 99,2 puntos en los ataques. El juego lento y aburrido, herido de muerte con un Michael Jordan retirado y recuperado al año siguiente con el advenimiento de la fiebre amarilla y la dinastía de los Lakers de Shaq y Kobe (y Phil Jackson, vaya), provocó que algunos miraran a la 1998-99 (sin partidos en 1998, por cierto) de otra manera.
La connotación negativa se mantuvo en la palabra (la del asterisco, claro) pero nunca se volvió a utilizar con tanto ahínco. Y, sin embargo, no se ha olvidado. Fueron muchas las tímidas voces que se aventuraron a definir así al anillo de LeBron en la 2011-12, con 66 partidos tras otro lockout y, esta vez sí, All Star. Pero han sido mayores las que han hablado de asterisco durante el presente curso, sobre todo desde que la pandemia del coronavirus hizo mella en una temporada resuelta con una burbuja, sin público, y, para muchos, sin un justo equilibrio de fuerzas. La ausencia de ventaja de capo y de afición ha podido definir eliminatorias para algunos, mientras que otros se limitan a señalar que cada año hay algo que marca los playoffs o las Finales. Lesiones de última hora de jugadores clave, un vuelo que se retrasa y que te impide jugar a tu nivel o un arbitraje cuestionable que decir encuentros clave. De una manera u otra, el debate del asterisco ha vuelto a aparecer... en boca de Pat Riley.
"El anillo de este año tiene asterisco". Fue lo que dijo el mandamás de los Heat hace solo unos pocos días, desatando una polémica procedente de un titular ligeramente manipulado y que no estaba en consonancia a lo que realmente dijo. Eso sí, sus declaraciones, en las que afirmaba que las lesiones de Goran Dragic y Bam Adebayo habían influido en las Finales, corrieron como la pólvora y pronto hubo polémica en torno al famoso asterisco. Eso sí, Riley ha sido el primero en rectificar y en explicarse. “El asterisco está al lado del nombre de los Heat, no de los Lakers. Su título es legítimo. Nuestra derrota tiene un asterisco al lado. Pero los Lakers han sido el mejor equipo. Punto", decía el ex entrenador, queriendo zanjar la polémica. Y lo ha hecho en parte, pero su comentario no ha sentado bien a algunos sectores de los Lakers y ha abierto otra vez el tema del eterno asterisco. Que, aunque se hable cada vez en menos sitios, sigue siendo un debate que parece no tener fin. Algo que, todo hay que decirlo, pasa mucho en la NBA. Obviamente.