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NBA | NETS 111 - SIXERS 117

El ciclón Simmons y el muro Sixer apagan Brooklyn

El base acabó con un triple-doble y entre él y el rookie Thybulle dieron una exhibición defensiva. Los Nets, sin Kyrie esta vez, no levantan cabeza.

Actualizado a
El ciclón Simmons y el muro Sixer apagan Brooklyn

Kyrie Irving no jugó ante los Sixers. Ante ciertas estadísticas que dicen que los Nets son mejores sin él (al menos tienen mejor récord) podríamos decir que eran buenas noticias para ellos. Pero hoy por hoy los de Brooklyn tienen problemas más allá de que juegue o no su estrella. Aunque parezca mentira, eso empieza a ser irrelevante. Juegan igual de mal con o sin él. Ni siquiera unos Sixers bloqueados durante la mayor parte del partido les sirvieron para levantar el vuelo. Tampoco estuvieron lejos de hacerlo, porque los de Filadelfia no son gran cosa ahora mismo. Pero en esta última afirmación hay alguien a quien no se le puede meter. Y ese es Ben Simmons, que completó un partido descomunal (34+12+12), desaparecido en ataque en los minutos finales para no tener que ir a la línea de personal pero decisivo en defensa en esos mismos instantes y el motor que puso todo en marcha cuando los suyos no arrancaban.

Simmons llegaba como jugador de la semana en la Conferencia Este después de meter más de 20 puntos en los últimos cuatro partidos. Korkmaz con un 54,5% en triples en los tres últimos duelos. Los dos jugadores, quizá los más importantes en las últimas victorias de los Sixers, empezaron como si nada hubiese cambiado. 15 puntos, 7 asistencias y 2 robos para el australiano en la primera mitad, 2/2 desde el perímetro para el turco. Pero al descanso el marcador indicaba un 68-64 para los Nets y los de Filadelfia se podían dar con un canto en los dientes.

Nicolas Claxton, rookie que apenas había tenido protagonismo hasta el último encuentro ante los Bucks, se destapó como un arma imparable para los visitantes. 13 puntos con sólo un fallo desde el tiro libre y 6/6 en juego. Los rebotes ofensivos (8-4 para los locales en los primeros 24 minutos) y un parcial de 10-0 para un 44-32 provocaron el primer tiempo muerto de Brett Brown. Tres minutos después pidió el segundo porque su equipo seguía 11 abajo y además estaba empezando a dar mala imagen en lo que se supone su fuerte: la defensa. Dos alley opps solos de Claxton y Allen fueron la cumbre del despropósito Sixers en esos primeros minutos del segundo cuarto. Al final la intensidad de Simmons y un Thybulle mucho más importante de lo que dicen los números, así como un par de triples seguidos de Mike Scott, equilibraron algo el resultado.

Pero si los Sixers no van sobrados últimamente, los Nets lo están aún menos. A pesar de los puntos en segundas oportunidades para los locales, que por momentos llegaron a cuadriplicar a su rival, el tercer cuarto acabó con los visitantes sólo un punto abajo. Y eso que no habían hecho nada demasiado bien. No se puede decir lo mismo en el último periodo. Con 96-105 y 6 minutos por jugarse los Sixers entraron en una espiral de fallos en el tiro, con tres triples liberados seguidos mandados al limbo por Tobias Harris, que amenazaron la victoria. Los Nets se llegaron a poner a 1 (104-105) dos minutos después. Justo entonces llegó un tiempo muerto tras el que se vio a los Sixers es su máximo esplendor. Una auténtica bacanal defensiva conducida por Simmons (5 robos y 2 tapones) y Thybulle: hubo una jugada en la que robó en defensa, robó en ataque llegando el último y cogió el rebote ofensivo, todo seguido, hasta el punto de que parecía haberse desdoblado en varias personas al mismo tiempo.

Horford, con 5 puntos seguidos, puso fin a la mala racha a tiempo y dejó los últimos intentos de los Nets en nada. Dinwiddie, LeVert, Allen… De una manera u otra todos sufrieron algún robo, algún tapón, algún balón desviado, alguna presión que les hizo pisar la línea. Cualquier cosa para no anotar. Con eso y con el último triple de Korkmaz en el encuentro iban a sentenciar unos Sixers que echan muchísimo de menos a Embiid y, por qué no decirlo, a algún fichaje, pero que cuando muestran su mejor cara atrás son pornografía defensiva. Probablemente incluso a los propios fans de Filadelfia les dé un poco de pena los rivales en esos momentos. La impotencia que demuestran ante un muro semejante es para echarse a llorar.