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NBA | KYRIE IRVING

Va a más el 'debate Kyrie': ¿otro destino, mismas conclusiones?

Dinwiddie explota, el equipo juega mejor, el balance es positivo... Como en Boston, los Nets mejoran sin Kyrie y la pregunta se hace relevante: ¿Irving, sí o no?

Kyrie Irving, durante un partido de la NBA con los Brooklyn Nets
Emilee ChinnAFP

El debate no cesa. Kyrie Irving vuelve a estar, una vez más, en el ojo de un huracán del que no termina de salir. Su fichaje en verano por Brooklyn Nets para unirse a Kevin Durant, lejos de cerrar los comentarios sobre su cuestionada figura, los ha aumentado. La lesión de hombro, que le mantiene apartado de las pistas hasta nuevo aviso, ha provocado la mejora del récord de su equipo y de sus compañeros, que aumentan sus números cuando la estrella está ausente. Una constante en la carrera de un jugador cuyo talento es directamente proporcional a su mala cabeza y que desde que se fue de los Cavaliers para escapar de la alargada (alargadísima) sombra de LeBron para liderar un proyecto en solitario, sigue en entredicho.

No es la primera vez que vemos como las cosas mejoran en ausencia de Irving. Ya pasó en los Celtics, donde nadie parece echar de menos a un jugador con el que frenaron la excelente progresión que el proyecto de Brad Stevens llevaba desde que Danny Ainge pusiera al técnico de Indiana al frente de la histórica franquicia. En 2017, un año antes de que Kyrie llegara a la ciudad de Boston, el equipo se clasificaba para las finales del Este por primera vez en cinco temporadas. Lo mismo hicieron la campaña siguiente, con el base, lesionado a mitad de temporada, viendo a los suyos quedarse a las puertas de las Finales. En la 2018-19, los verdes partían como favoritos, pero los problemas internos rompieron la química y el equilibrio espiritual inherente tradicionalmente a la franquicia y todo estalló en playoffs, donde fueron arrollados por los Bucks de Antetokounmpo en semifinales del Este. 

El proyecto parecía romperse entre los rumores que situaban a Kyrie fuera de Boston. La plantilla, desmadejada por los focos que asumía el base, hizo públicas sus quejas, desde Jaylen Brown ("no estábamos preparados para tanto circo") hasta Terry Rozier ("he sacrificado mi talento al lado de Irving").  Los analistas deportivos echaron cuentas y llegaron a la conclusión de que en los dos años que el jugador había estado en Boston, disputó 136 partidos (127 en temporada regular y 9 en playoffs) ganando 83 y perdiendo 53. Apenas un 61% de victorias. Sin él en pista, el equipo ha jugado 56 duelos sumando la regular season y las eliminatorias por el título. De esos choques, los Celtics han salido victoriosos en 37 y han perecido en 19. Un 66% de victorias. Más que con Irving en pista.

Otra de las cosas que se pusieron en evidencia en la franquicia verde, era la poca capacidad de Kyrie para hacer mejores a sus compañeros. Los  que más necesitan el balón son los que más bajaron sus números: Rozier en concreto, uno de los más perjudicados por compartir posición en cancha, ascendía a los 13 puntos por partido cuando él no estaba (promedió 9 en temporada regular). Tatum, que no está directamente perjudicado por la presencia de Irving como lo está Rozier, es más efectivo sin el Irving en pista y se iba casi a los 19 puntos por partido (15,7 en todo el año). Jaylen Brown, recién renovado por los Celtics, también subía sus números (de 13 a 15).

Finalmente, la estrella hacía buenos los rumores que le situaban en la Gran Manzana, aunque escogió los Nets por delante de los Knicks, y los análisis se quedaban en meras anécdotas mientras todo el mundo observaba con incertidumbre el nuevo destino de la estrella y esperaba para saber si las conclusiones que se sacaron de su etapa en Boston eran puntuales... o sin embargo se trataban de hechos consumados.

La historia se repite en los Nets

No parece que las cosas hayan cambiado. La expectación ha confirmado lo que todo el mundo sabía: que Kyrie es un jugador único pero que, de momento, no consigue mejorar ni al equipo ni a sus compañeros. Recordemos que el movimiento de los Nets para hacerse con Irving y con Durant ya fue cuestionado y que muchos resaltaron el riesgo que un equipo en construcción y con buenos resultados en los últimos tiempos podría tener para realizar una revolución interna y hacerse con dos jugadores que, por muy buenos que fueran, generaban dudas. El base por su carácter y el alero por una la lesión en el tendón de Aquiles que ha supuesto una losa enorme para su talento y quién sabe si también para su carrera. 

Irving empezó como un ciclón su nueva aventura. 50 puntos en su debut y exhibiciones individuales sucesivas que le dejaban con su mejor promedio en puntos (28,5), rebotes (5,4), y asistencias (7,2)... pero con un récord de 4-7 para un equipo que cambió su estilo colaborativo del año pasado para basarse en un modelo personalista del juego, con su estrella asumiendo mucho balón y sin que el resto de la plantilla estuviera involucrada. 

La lesión de hombro contra los Nuggets apartaba a Irving momentáneamente del equipo, ya con tímidas quejas sobre el comportamiento del base al inicio de la campaña. Desde entonces, todo parece ir como la seda en Brooklyn, que ha ganado 12 de los 18 partidos que se han disputado desde la lesión de la estrella y han recuperado el sentido del juego que Kenny Atkinson consiguió imponer, con mucho trabajo, en sus jugadores. La realidad es que los neoyorquinos han empezado a practicar un muy buen baloncesto y que han salido del preocupante pozo del que se encontraban a inicios de curso para lucir un balance de 16-13 que, aunque insuficiente (todavía) para estar con los mejores, convence más que el que tenían en esos 11 primeros choques.

Eso sí, el hecho de que los Nets carburen no ha provocado otra cosa que la continuación del debate que muchos llevan poniendo en relieve desde el tumultuoso paso de Irving por los Celtics. Igual que pasó en Boston, la franquicia no carbura con él en pista. Han pasado de un 112 de rating defensivo a un 109 y aunque también bajan ligeramente en ataque (de 118 a 114) consiguen ser más fiables ante los rivales más fuertes de la competición. De las cuatro victorias que consiguieron en los primeros 11 partidos, solo la lograda ante los Rockets corresponde a un equipo contender. En los 18 siguientes, Brooklyn ha vencido a Celtics, Nuggets o Sixers dejando muy buenas sensaciones. Victorias que han reforzado el trabajo de Atkinson y que no hablan precisamente muy a favor de Kyrie.

La ausencia del base también mejora (como también pasó en los Celtics) a sus compañeros. Y de qué manera. El ejemplo más claro es el de Dinwiddie, que ha pasado de promediar 17 puntos con un 41% en tiros con Irving al lado irse a los 26 por choque en los últimos 18 duelos, siendo en todos ellos titular. Y con un 45% en tiros. Nada mal para un hombre que ha dado un paso adelante y que es lo más destacado del equipo en la presente campaña. Y que ya veremos si disputa el All Star. Números está teniendo para ello

No es el único caso. Joe Harris ha pasado de 13 a 16 puntos por partido; Jarret Allen de 9+9 a 14+12; Garrett Temple de 7,5 a 13,1 puntos; Incluso DeAndre Jordan, un pívot ya veterano, mejora su producción ofensiva (de 7,5 a 8,7 puntos) sin Irving en pista. Solo Taurean Prince baja ligeramente sus prestaciones (de 13 a 12), aunque parece más en sintonía con el resto del grupo desde que Irving ve los partidos desde el banquillo. Hechos que no dejan de ser curiosos y que siembran la duda sobre cómo funcionará el equipo cuando Kyrie vuelva y, sobre todo, cuando lo haga también Durant en el próximo curso baloncestístico. Mucha estrella para un solo balón y mucha intendencia funcionando correctamente sin alguien como ellos al lado. 

La perspectiva no es halagüeña. No podemos olvidar que Irving es un hombre que fue clave en la consecución del anillo de los Cavaliers de LeBron en 2016 (ese triple...) y que tiene un talento inconmensurable. Pero también es cierto que todavía no ha demostrado ser una primera espada fiable para una franquicia ganadora. Mientras se recupera de su lesión, el playmaker está viendo como Kemba Walker, su sustituto en Boston, se ha adaptado perfectamente a la química grupal y a la idiosincrasia de la ciudad. El ex de los Hornets es más efectivo que nunca y tiene un PER de 23,51, mejorando el anterior (21,72) y que también se supera en true shot porcentage (el combinado de las tres distancias) de 57 a 59, el porcentaje de triples (de 39,9 a 41,1) y de tiros libres (de 86 a 88). La eficiencia, eso tan poco valorado pero a lo que tanta atención presta Stevens, no fue lo que más trabajó Kyrie en unos Celtics que no parecen echarle de menos. 

Las dudas se resolverán cuando Irving vuelva a jugar. Ahí es dónde se verá si el base, que ha hecho autocrítica tras ese fatídico paso por lo Celtics ("fallé a mis compañeros") ha aprendido de sus errores y consigue producir estadística y hacer a su equipo ganar a la vez. Mientras tanto, la sombra de LeBron y la de sus propios fantasmas seguirá persiguiéndole. Nadie duda de que es uno de los mayores talentos de los últimos años. Ni de que es un jugador especial, de esos que pueden marcar una era. Pero...