Kawhi Leonard destroza a sus ex con otro partido de megaestrella
El alero volvió tras perderse el compromiso de Utah, donde los suyos perdieron, y lo hizo a lo grande: rompiendo el invicto de los Spurs.
Los Clippers son unos con Kawhi Leonard y otros sin él. No es descubrir la fórmula de la Coca-Cola, es bastante obvio, pero conviene recalcarlo cuando se presentan los ejemplos más claros. Hablamos del MVP de las pasadas Finales, donde condujo a los Raptors de Nick Nurse al primer título de la historia de esa franquicia. La anterior noche había faltado ante los Jazz para ir dándole descansos progresivos y esta, ya en cancha con todas las de la ley, ha vuelto a probar por qué es y va a ser uno de los dolores de cabeza más punzantes para sus rivales en los próximos años.
La primera parte fue un tuya-mía de manual. Pocas brechas y muy cerradas cuando las había, intercambios constantes, mucho juego zonal y de media distancia, etc. El espectador podía disfrutar de los golpes que se daban dos de los mejores equipos de la conferencia, con el agravante de que los Spurs eran hasta anoche los líderes del Oeste con 3-0 de balance (sí, Kawhi y sus Clippers le rompieron el invicto a sus ex).
Lo bueno llegó en la segunda parte. Beverley se entonó algo más y los cambios en defensa con Leonard para parar a DeRozan, que ya estaba destacando, surtieron efecto. San Antonio empezó a perder balones sin ton ni son y los Clippers sacaron una mínima ventaja al inicio del tercer cuarto de entre cuatro y ocho puntos que ya iba a ser imposible de rebajar. Y mira que lo intentaron el mencionado DeMar DeRozan, autor de 29 puntos y 7 rebotes, y Derrick White, que enchufó dos triples importantes para aguantar a los suyos y terminó con 20 tantos. El arreón de final de periodo de los soldados de Gregg Popovich iba a servir de poco porque les iban a devolver el estirón con creces los locales con un Harrell más presente y un Leonard con el botón de apisonadora activado y probando incluso el triple con paso atrás. Lo de Kawhi ya pasaba por exhibición de las buenas y DeRozan combinó algunos canastones para intentar equilibrar todo de nuevo con una pequeña gresca; a recordar que uno por otro cambiaron de equipo hace más de un año y fue aquello lo que derivó en el Anillo de Toronto, por lo que ambos querrán demostrar siempre algo más que el contrario cuando se midan frente a frente en una cancha.
Los Clippers amarraron la victoria por seis, 103-97, y suman la tercera victoria sin fallo en el Staples. Carburando hasta que regrese George, pero eso ya es otra historia.