GUÍA

Si los grandes movimientos del Madrid en verano fueron las renovaciones de Campazzo y Tavares, algo parecido ha pasado en el Anadolu Efes con la extensión del contrato a los cotizadísimos Vasilije Micic y Shane Larkin. Por el americano hubo que aguardar más, ya que estaba pendiente de ofertas NBA, pero finalmente seguirá en Estambul con un contratazo en neto. Se espera que tras un año en el que fue de menos (tanto, que casi sale del equipo) a mucho más para acabar guiando al Efes a la final de la Euroliga, este curso rinda desde el principio. Ha cerrado, sin embargo, la pretemporada lesionado. No estuvo en la Supercopa donde sus compañeros volvieron a mojarle la oreja a un Fernebahçe acuciado por las bajas.

El controvertido técnico Ataman es el jefe de un equipo que terminó la pasada campaña practicando un muy buen baloncesto, con un estilo veloz y atrevido, con jugadores que encaran y rompen (Larkin y Rodrigue Beaubois), abren el campo (Adrien Moerman) y leen muy bien los espacios (Micic y Krunoslav Simon). Y con muy buenas piezas para redondear el bloque, esas que hacen el trabajo sucio, como los pétreos Bryant Dunston y Dogus Balbay. Su juego recordó a su manera el de la primera etapa de Laso en el Madrid.

El fichaje con más nombre, el exazulgrana Chris Singleton, ha llegado a última hora. Un ala-pívot con buena mano y magníficas aptitudes defensivas que aterriza, aunque para toda la campaña, para suplir inicialmente la baja durante varios meses del francés Moerman, clave en los éxitos recientes. En esa posición se había contratado antes al supertirador Alec Peters, que viene de estrenarse en Europa en el CSKA. Con todos sanos, la batería de cuatros será muy poderosa, con variantes, rebote y mucho tiro.

En el alero, James Anderson puede dar un paso al frente si él y Ataman acaban por entenderse, porque en meses pasados pareció estar más fuera que dentro del club. Y en el puesto de cinco, el del insustituible Dunston, el gigante Tibor Pleiss (2,19) ha completado una gran pretemporada. Y por ahí anda el mundialista con Turquía Sertac Sanli, de 2,11m.

Micic y Larkin son los líderes indiscutibles en la pista, los que le dan un toque diferencial al grupo. Y a la vez los que menos relevos tienen, porque de haber un punto débil, quizá esté en la rotación del perímetro, donde el escolta turco de 26 años Bugrahan Tuncer tendrá su cuota de protagonismo. Igual que uno de los fichajes, el alero alto de 23 años Tolga Geçim, al que se le intuye potencial.

Si hay algo palmario es que el Anadolu Efes ya no puede esconderse tras pasar de colista en 2018 a rozar el título en la final con el CSKA en mayo pasado. Ataman está lanzado (“Quiero ganar la Euroliga, el título que me falta”, lleva tiempo diciendo), hay dinero para pelear con el Fenerbahçe y con cualquiera y la afición responde de nuevo. La Final Four, el único objetivo posible.

Ergin Ataman fue el técnico de moda la pasada temporada al obrar el milagro con el Efes, que ha pasado de desahuciado en la Euroliga a casi campeón en año y medio y con un juego veloz y de ataque muy atractivo. A sus 53 años y tras un cuarto de siglo en los banquillos, se ha visto en vuelto en polémicas con varios colegas y casi todos los estamentos del baloncesto. En las distancias cortas es un tipo simpático, pero sus ademanes y, a veces, no saber morderse la lengua a tiempo le han puesto a menudo en el ojo del huracán. En la pasada semifinal de la Euroliga ante el Fenerbahçe no soportó más los insultos y lanzó gestos a la afición rival generando momentos de gran tensión. Con Obradovic también se las ha tenido tiesas. O le amas o le odias, dicen de él, pero no deja indiferente.

Larkin es una de las grandes figuras de la Euroliga, en 2017 ya dio muestras de su enorme potencial en el Baskonia y el Barça echó el resto para construir su enésimo proyecto de los últimos años en torno a él. Pero el derecho de tanteo ACB y, luego, la NBA lo impidieron. Volvió a Europa hace un año, al Anadolu Efes, y le costó arrancar, pero cuando lo hizo resultó imparable. Azote del Barça en el playoff (19,6 puntos de media en la serie) y protagonista de una Final Four para el recuerdo: 29,5 y 33,5 de valoración. Ha esperado una buena oferta NBA que no ha llegado, así que repite en Estambul. En un día inspirado es casi imparable por su manejo del balón, sus movimientos eléctricos, su velocidad y habilidad para encarar el aro y un tiro de tres magnífico (45% el pasado curso). Uno de los jugadores más visuales y a la vez determinantes.