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La cohesión va a ser fundamental, al igual que en muchos otros equipos (Barcelona, CSKA, Olimpia) que han cambiado su columna vertebral este verano a partir de una ingente cantidad de dinero. Muchos fichajes, pero no sólo de nombres viven los equipos. Los rusos han visto un punto de debilidad en los actuales campeones de la Euroliga, qué paradoja, y además vecinos por sus numerosas pérdidas del pasado verano, y se postulan como la primera alternativa en Rusia para las competiciones regionales y también continentales. Suena altivo, pero es el momento de que aprovechen la oportunidad.

Se conserva al entrenador, al jugador más representativo y tienen a algunos de los rusos más destacados (Karasev, el renacido Mozgov o Monia). La receta se la saben de memoria, ahora hay que plasmarlo en el plato. Los fichajes venidos de la NBA, Dairis Bertans y Jonas Jerebko además del mencionado Timoféi Mozgov, pueden distraer la atención de incorporaciones enmarcadas dentro del espectro europeo que son interesantísimas: Devin Booker para suplir a Jordan Mickey, nuevo jugador del Real Madrid, y Stefan Jovic, un director de juego magnífico que tiene que poner orden entre tanto caos.

Tras cumplir el objetivo en 2018, la pasada campaña terminó hundiéndose en la clasificación (9-21, una victoria por encima de un debutante como Herbalife Gran Canaria) y las dudas sobrevolaron la cabeza de Dmitry Golubkov, un magnate del negocio del gas que tanto dinero mueve en Rusia. El año pasado el presupuesto fue de 33,3 millones, algo más que el que le había precedido, y este verano se ha disparado la inversión. ¿Habrá recompensa?

Llegó al Khimki, un club que conoce a la perfección, tras la destitución del griego Georgios Bartzokas. El dueño quiso dar un cambio de aires muy completo en todos los estamentos del club y recuperar a un técnico con solera y que ya había estado cinco años allí (2011-2016). Fue apostar a lo seguro. Procede el Rytas de Vilna y se le conoce más por su etapa de jugador, pasando por equipos como el CSKA de Moscú, el Zalgiris y el Real Madrid. Renovado hasta 2021 para consolidar el proyecto a medio plazo.

El de Bélgorod volverá a ser la referencia un año más. El pasado lo transitó con problemas de lesiones, una de las cuales le dejó sin poder ir al Mundial de China, pero su faceta de anotador compulsivo y arrastre de toda la carga ofensiva —sin esquemas, tirando únicamente del talento— le hace volver a posicionarse como la primera opción. De que aprenda a jugar en equipo de una vez por todas y defienda medianamente bien dependerá una buena parte del éxito de este remozado proyecto multimillonario.