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El Maccabi quiere recuperar sensaciones. Al menos esa es la intención de los israelíes en Europa, donde quieren volver a sentirse competitivos en un torneo que se les ha atragantado en los últimos años. La campaña pasada tuvieron que ‘conformarse’ con el décimo puesto y se quedaron fuera de los playoffs, un pobre resultado para una entidad que conquistó la Euroliga en 2014 ganándole la final al Real Madrid.

En verano han perdido a Alex Tyus, que era el último miembro de la plantilla que lograra el último título continental del equipo. Desde 2014, el histórico conjunto no llega a la Final Four, un bagaje decepcionante teniendo en cuenta que se han proclamado campeones del torneo hasta en 6 ocasiones. En la última temporada mostraron luces y sombras. Compitieron bien contra los equipos más débiles, pero la falta de continuidad en el juego y el mal inicio (8 derrotas en los primeros 9 partidos) les condenaron. Eso sí, ganaron al que sería el futuro ganador del torneo, el CSKA de Moscú (76-93) en una de las sorpresas del torneo. Y en Rusia. Una victoria de mucho mérito que demostró el potencial del equipo.

Scottie Wilbekin seguirá siendo una de las referencias de un equipo que sale reforzado del mercado de fichajes a pesar de la baja de Tyus. Othello Hunter llega procedente del CSKA para suplir su ausencia, por lo que se cambia a un pívot por otro. También llegan a la plantilla Quincy Acy y Omar Casspi, ambos con experiencia en la NBA. El segundo en concreto vuelve a la que fue su casa después de proclamarse campeón del anillo en 2018 con los Golden State Warriors. Un buen bagaje que servirá a los israelíes para dar un paso adelante.

El griego seguirá siendo el entrenador de la entidad. Con una amplia trayectoria en Europa, Sfairopolus buscará continuar el proyecto que inició con su llegada en 2018. Llega con un bagaje positivo tras vencer en la Liga el año pasado, y el buen hacer en la segunda parte de la fase regular de la pasada Euroliga unido al título nacional, permite al técnico salir reforzado en su puesto. Los nuevos fichajes invitan al optimismo e inician el segundo capítulo de la estancia del entrenador en Israel. Ya ganó la Euroliga en 2013 con el Olympiacos.

Definido por Sfairopoulos como “el mejor jugador israelí de todos los tiempos”, el alero regresa a la que fue su casa tras su paso por la NBA. Buen anotador, será la referencia del equipo en ataque y el líder en la pista. Su trayectoria en la Liga norteamericana se ha extendido por una década en la que ha pasado por siete equipos distintos. Tocó la gloria en 2018, cuando logró el anillo cuando formaba parte de la plantilla de los Warriors, donde compartió equipo con Stephen Curry y Kevin Durant, entre otros. Ídolo de la afición, Casspi regresa para volver a hacer competitivo al Maccabi.