GUÍA

Tras proclamarse campeones de la Liga Adriática, los serbios regresan a la competición continental. El temible Stark Arena volverá a ser sede de los partidos disputados en el país balcánico. Será allí dónde los equipos de la Euroliga sufrirán ante la ruidosa afición para sacar sus encuentros adelante.

La victoria sobre el Buducnost en la final de la Liga Adriática fue un respiro para los serbios, que vieron como lograban entre mucha polémica (altercados en la final) la tan ansiada clasificación para la Euroliga, a la que regresan tras un año de ausencia. La Eurocup tuvo dos caras para el equipo dirigido por Milan Tomic: una inicial en la que se metieron entre los 16 primeros sin problema y otra más complicada en la que sumaron 4 derrotas consecutivas (2 contra el Valencia, vigente campeón) que les impidieron llegar a los playoffs. El éxito en la recta final de la temporada, en la que finalizaron con un récord de 21-1, supuso un alivio y el regreso a la competición más importante del continente, el objetivo principal del equipo.

En la última parte de la pasada campaña el conjunto europeo también se impuso al Partizan en la final de la Liga serbia tras perder contra ellos la Copa. En la presente campaña esperan rendir lo mejor posible en su regreso a la Euroliga y saben que hacerse fuertes en su siempre temible pista será la clave. James Gist, Lorenzo Brown y Stratos Perperoglou son algunos de los nombres propios de un club que se encuentra pendiente de la evolución del exjugador del Real Madrid Ognjen Kuzmic tras el accidente de coche del pasado mes de julio.

Es un técnico relativamente joven (cumplió 46 años en julio) que destacó como jugador en el Olympiacos, donde jugó durante 13 años y ganó la Euroliga en 1997. Su idilio con la competición continental es grande, ya que además de conquistarla en su etapa como profesional lo hizo también como asistente del club griego en el que estuvo de 2008 al 2014, llegando el club a ganar el trofeo de forma consecutiva en 2012 y 2013, el último de ellos ante el Real Madrid. Debutó la pasada campaña como primer entrenador en su país natal, Serbia, cuando llegó al Estrella Roja. Tras ganar la Liga Adriática logró la clasificación para la Euroliga, principal objetivo de la temporada, y este año disputará el torneo por primera vez como primer entrenador.

Su veteranía y experiencia le convierten en la referencia de un equipo que tiene que funcionar sobre todo a nivel grupal y que no tiene a destacadas estrellas entre sus filas. En su segundo año en el equipo, el griego, ex del Barça, ya ha demostrado que puede seguir aportando en pista, pero será además el líder espiritual del equipo. Ha ganado tres Euroligas, dos con el Panathinaikos (2009 y 2011) y una con el Olympiacos en 2013. Ese año concretamente coincidió con Milan Tomic con el que llegó el año pasado al conjunto serbio. Lorenzo Brown, que llega como el gran refuerzo veraniego, y James Gist, serán otros de los hombres a seguir.