DALLAS MAVERICKS 97-LOS ANGELES LAKERS 107
Ingram (29) hace de LeBron en el reino de un magnífico Doncic (27)
Sin LeBron por séptimo partido seguido, los Lakers recuperaron la sonrisa con una buena actuación de sus jóvenes. El esloveno no fue suficiente.
Los nervios reinaban en Los Ángeles antes de comenzar el partido contra Dallas Mavericks. Eran cinco derrotas (tres seguidas) en los seis partidos sin el lesionado LeBron James (distensión en la ingle izquierda) y las declaraciones volaban de un lado a otro. Luke Walton exigía a Brandon Ingram y Lonzo Ball "más pelea, más pasión". Kobe Bryant pedía calma: "Relax. (...) Estábamos jugando bastante bien antes de las lesiones". Mensajes que llegaban hasta Texas, donde los Mavs necesitaban, requerían, un triunfo para alejar los fantasmas de la carretera: el peor balance de toda la NBA (3-18) se había empapado de gasolina en la última mini gira por el Este con dos derrotas en tres partidos.
Y con esa necesidad, los Mavs se dieron un pequeño festín en los dos primeros cuartos (67-54) ante unos desconcertados Lakers, que vivían de los excelsos Brandon Ingram (14 puntos hasta el descanso para 29 final) y Lonzo Ball (13 para 21). Los dos señalados, los dos futuros líderes angelinos, tomaban las riendas de un caballo que no quería andar. Miraba en todas direcciones en busca de su jinete favorito... el problema es que LeBron no estaba. El cuatro veces MVP se perdía su séptimo encuentro. Uno más de los que se había faltado en las dos últimas temporadas. Demasiada carga cuando, además, enfrente tienes un novato voraz como Luka Doncic.
El partido de Brandon Ingram
El partido de Lonzo Ball
El esloveno anotó 12 puntos en la primera parte y acabaría con 27 en una buena serie de tiros de campo (10 de 23, nadie lanzó más en todo el duelo). Es su quinta mejor anotación desde que está en la NBA. Además, añadió 8 asistencias (también quinta) y fue el único en dar la cara en un tercer cuarto maldito para los Mavs con siete tantos: 13-32 de parcial en contra y el marcador dio una voltereta. Se pasó del 67-54 al 80-86. Doce minutos que fueron gobernados por Ingram, Kuzma (que regresaba tras dos encuentros ausente) y Ball, más la aportación final de Beasley. El trío hizo el 62,5% de los tantos de los Lakers (20), mientras que Dallas no recuperó sensaciones: 11 pérdidas y 11 de 43 en tiros de campo en toda la segunda mitad.