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NBA

El peor inicio de los Thunder en OKC, ¿han de saltar las alarmas?

El actual 0-4 es el peor récord en un comienzo de temporada desde que se mudaron a Oklahoma en 2008. Y hay datos que no tranquilizan nada.

OKLAHOMA CITY, OK - OCTOBER 21: Russell Westbrook #0 of the Oklahoma City Thunder prepares for the first half of a NBA game against the Sacramento Kings at the Chesapeake Energy Arena on October 21, 2018 in Oklahoma City, Oklahoma. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.   J Pat Carter/Getty Images/AFP
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J Pat CarterAFP

El pasado domingo los Thunder caían en casa ante los Kings (120-131) y firmaban un 0-3 en la clasificación. Ese récord ya era el peor de su historia desde el traslado de la franquicia a Oklahoma. Su siguiente rival fueron los Celtics, también en casa. Un duro rival con el que intentar remontar este inicio histórico en lo negativo. Después de una primera parte bastante buena defensivamente hablando, unos horribles últimos minutos tiraron todo por la borda y los Thunder se ponían 0-4. Eran el peor equipo de la liga, con permiso de los Cavs. ¿Había llegado el momento de ponerse nerviosos? ¿Es algo coyuntural o simplemente se han juntado una serie de factores temporales? Como casi siempre, hay un poco de todo.

Es cierto que han jugado contra los dos grandes favoritos en cada conferencia, Warriors y Celtics, y contra otros dos equipos que están rindiendo por encima de los esperado, Clippers y Kings. Y también es verdad que Russell Westbrook no pudo jugar los dos primeros partidos por lesión. Hay otra lesión que también les está afectando mucho, la de Andre Roberson. Ya lo notaron en los últimos playoffs y no han conseguido encontrar a nadie que le sustituya con garantías. Pero una lesión de meses (se especula con su regreso para finales de enero) se acerca más a problema coyuntural.

Roberson, un jugador que no promedia más de 5 puntos por partido, es vital para este equipo. Su capacidad para defender el perímetro les daba un nivel en defensa que obviamente no tienen ahora mismo. Y aparte de hacer su trabajo mejor que ningún otro, también era clave para compensar las debilidades de Westbrook en su aro. El escolta es una de las dos ausencias del quinteto titular del año pasado. La otra es Carmelo Anthony. Nadie va a recordar su temporada en Oklahoma como algo excepcional y, en principio, no se le debería echar mucho de menos por allí. Pero cuando empiezas a comparar números, en ataque claro está, la cosa se ve de otra manera.

En los primeros cuatro partidos de la temporada pasada Carmelo jugó 35 minutos de media, anotando 25 puntos. Su eficacia fue bajando con el paso de la temporada, pero no hay que olvidar que el quinteto Westbrook-Roberson-George-Carmelo-Adams fue uno de los más solventes durante la 2017/18. Paul George y Carmelo Anthony abrían la pista de tal manera que la combinación en la pintura de Westbrook y Adams se convertía por momentos en indefendible.

Actualmente sólo tres jugadores de los Thunder promedian más de un 42% en tiros de campo: Steven Adams, Nerlens Noel y el rookie Hamidou Diallo. Sus cuatro mejores tiradores de tres (Westbrook, George, Schröder y Abrines) se combinan para un decepcionante 27% desde fuera del perímetro. Jerami Grant y Patrick Patterson, los dos jugadores que pelean por el puesto de ala-pívot, llevan un 32% en tiros de campo y un 22% en triples. No es que Carmelo fuese a ganar el anillo el solo para los Thunder, pero en esta situación y con la actual plantilla era un jugador bastante aprovechable.

Sus malos números en ataque volvieron a retrotraer contra Boston a las peores escenas de este equipo, esas en las que con el partido igualado empieza a tomar decisiones discutibles en ataque, jugando de forma anárquica, seleccionando fatal sus lanzamientos y mostrando no tener nada claro a qué jugar. En la segunda mitad Westbrook y George se combinaron con un 6 de 25 en tiros de campo y un 1 de 12 en triples. Y claro, se les escapó el partido en los últimos minutos ante una gran defensa, sí, pero ante un ataque que tampoco está mostrando nada del otro mundo. En otro momento, habría sido un partido perfecto para ganar a los Celtics. En la situación actual de estos Thunder parece una quimera.

Su próximo partido, mañana en casa ante los Suns, debería suponer el punto de inflexión para la franquicia. De no ganar a los de Phoenix, uno de los equipos más flojos hasta el momento, la situación sí que se pondría realmente preocupante. Pero aunque ganen, la sensación que da ahora mismo este equipo es que sólo puede fiarse de la inspiración de Westbrook y George. Cuando vuelvan a estar a su nivel, algo que es difícil que no ocurra, ganarán partidos de nuevo. Pero este equipo, hoy por hoy, promete mucho menos que hace un año.