Los Grizzlies logran la segunda ante unos Jazz faltos de acierto
Memphis se estrenó fuera de casa esta temporada y en una de las canchas más complicadas. Pasearon la defensa por la que se les conoce.
Los Grizzlies se han puesto el uniforme del grit 'n' grind, ese proyecto cuyo puntal era la defensa ante todo y ante todos, una vez más. Ya sólo quedan Marc Gasol y Mike Conley, pero esta segunda victoria de la 2018/19 viene dada por esa estrategia que algunos en Memphis ya creían olvidada en el cajón de los recuerdos.
En Salt Lake City se veían las caras con unos Jazz que el pasado fin de semana llevaron al límite al campeón, Golden State Warriors. Pero de sensaciones no se vive y a los Jazz se les vio secos tras la exhibición ofensiva ante los de Kerr. De hecho, estos dos partidos perdidos -en casa, una de los pabellones más difíciles de la NBA para que un visitante gane- les ponen en negativo (2-1).
Los Grizzlies sólo tuvieron que coger ritmo. Tras unos minutos y las primeras sustituciones a los locales se les empezó a acabar la gasolina cuando todavía les quedaba más de la mitad del camino por hacer. A destacar la aportación de Shelvin Mack, que junto a Conley anuló la capacidad de creación de situaciones ventajosas a los Rubio, Exum y Mitchell, y de Wayne Selden, Garrett Temple y Dillon Brooks, que no fueron los más destacados en ataque pero ayudaron a dejar a los Jazz en un 25% desde la línea de triples. Jaren Jackson, el novato de los Grizzlies, también dejó algún buen detalle en la pintura.
El equipo de Bickerstaff supo aguantar algún arranque de su rival en el final del partido y cerrar el partido con un 84-92 a su favor.
Ricky Rubio dio 5 asistencias, pero no tuvo el día en los lanzamientos: 1/8. En el otro lado, Mike Conley (23 puntos y 7 rebotes) y Marc Gasol (18 puntos y 13 rebotes) lideraron a unos Grizzlies que consiguen la primera victoria como visitante de la que se antoja una temporada difícil ya de por sí para ellos.