El pasado 16 de enero en el Staples Center de Los Ángeles se produjo el momento surrealista de la temporada en la NBA. Después de un duro encuentro entre Clippers y Rockets, que acabó con cinco técnicas, dos expulsiones (Ariza y Griffin) y D'Antoni mandando al carajo a Griffin, estalló una gran bronca entre ambos equipos dentro del vestuario angelino, que provocó la intervención del personal de seguridad y de la policía.

La pelea fue bochornosa, pero tuvo un toque humorístico en sus prolegómenos. Chris Paul, base de los Rockets, entró hecho un basilisco en el vestuario tras la derrota con Griffin y Austin Rivers entre ceja y ceja y ganas de marcha. Y el plan de ataque se puso de inmediato en marcha. Mientras Capela llamaba al vestuario angelino como señuelo, Paul, Ariza, Harden y Green trataron de colarse por una puerta trasera que conectaba las salas de ambos equipos. Esta es poco conocida, pero el base sabía dónde encontrarla después de seis años en el Staples.

Al final, como dijimos, la sangre no llegó al río por la presencia de miembros de seguridad de Staples y de la policía, pero el asunto dio para una cantidad ingente de bromas en las redes sociales. Incluso, Charles Barkley y Shaquille O'Neal tuvieron un ataque de risa al saber que la policía intervino.

Y seis meses después de los hechos, los Clippers han decidido sacar algo de rédito económico. Tal y como confirmó Adam Spector (3rd & Nerd), la franquicia oferta un tour guiado por el Staples Center en el que se incluye una visita a los vestuarios y al "túnel de acceso secreto". Nunca hay que perder la sonrisa.