REAL MADRID - BASKONIA 90-94 (0-1)
El Baskonia llega más fino y le arrebata al Madrid el factor pista
Los blancos remontaron 9 puntos en el último cuarto con el acierto de un gran Carroll. El Baskonia tuvo "serenidad" para aguantar y golpear primero en la serie. Vildoza, fantástico.
El Baskonia le ha arrebatado al Madrid en 40 minutos lo que le costó a los blancos ganarse de cancha en cancha de la ACB durante casi ocho meses: la ventaja de pista en la final. El campeón de Europa está ahora contra las cuerdas, obligado a vencer el viernes y a arañar un triunfo en Vitoria para forzar un quinto asalto en el Palacio.
Ambos embocaron once triples, pero el Real necesitó 30 intentos, seis más que su rival, y también lanzó peor desde la personal. Detalles que le condenaron más allá de unas sensaciones que tampoco soplaban a favor, que le situaban un escalón por debajo. Como si mostrara una menor cadencia de ideas con el balón en las manos en un mal día de Doncic y con Campazzo y Llull aún lejos del estado pletórico de antaño. Enfrente, siete jugadores en nueve o más puntos, con el joven base argentino Luca Vildoza asumiendo un papel decisivo. Su acierto desde la personal mató el duelo: ocho sin fallo.
Se alzó el telón de la final y lo que vimos no sorprendió a nadie. Un Baskonia con ritmo, en tensión tras eliminar el domingo al Barça, y un Madrid más relajado, sin esa chispa competitiva, pero con Tavares. De no ser por el caboverdiano, el empellón baskonista hubiera sido más brusco y con más impacto. Con él en pista, los de Pedro Martínez fallaron ocho de sus doce primeros lanzamientos de dos. Intimidación. Anulaba a Poirier y acudía bien en ayuda de Thompkins frente a Shengelia. Sin Tavares en el segundo cuarto, el Kirolbet agrupó 6 de 7. Como la noche y el día, pero cuando el gigante se sentó el Madrid perdía por tres (16-19 y Timma en un cuarto dulce) y al descanso iban empate a 39.
Un Doncic algo crispado y muy desacertado (marró sus cinco lanzamientos iniciales) se estrenaba con una entrada de mérito para despedir la primera parte. La presencia de Carroll había dado aire anotador a los blancos, que se marchaban al vestuario con 4 de 14 de tres. El Baskonia no iba mucho mejor (4 de 12), aunque lo enmendaría en la reanudación (5 de 8 en los siguientes diez minutos). Voigtmann castigaba desde la línea de tres a Tavares y a la vez le empujaba a salir algo de su zona de influencia.
Beaubois, certero y atrevido
El estirón vitoriano, el de verdad, lo propició el eléctrico Beaubois: certero en el tiro, atrevido en la penetración y veloz y hábil en transición. Janning (6 asistencias) cerraba el tercer acto con un triple: 58-67. Una máxima ventaja que se repitió luego en el último: 63-72. Con pendiente a favor, al Baskonia le entró algo de vértigo y el Madrid se puso a defender con Llull, Rudy y Ayón. Por primera vez se le veía entregado atrás y Carroll marcaba la diferencia en ataque, 14 de sus 20 puntos llegaron entonces.
Taylor acertaba desde el perímetro y... Rudy fallaba un segundo tiro libre para poner el 83-79 a falta de 2:37. Ayón cometía una falta gratuita en el rebote con su equipo en el bonus que mandaba a Shengelia a la línea de personal y el mexicano tropezaba con la misma piedra en la siguiente pelea por el rechace ofensivo. El Kirolbet se vio arriba en el último minuto.
Tavares no pisaba la pista hasta los últimos segundos, en un bloque que más allá de Carroll sumaba pero sin fluidez. Un mal tiro de Thompkins, una indecisión de Rudy, dos fallos de Ayón desde el tiro libre… A Vildoza no le tembló el pulso, y mató el duelo desde la personal. “El baloncesto es un deporte de errores y nosotros tuvimos serenidad cuando los cometimos”, explicó luego Pedro Martínez. El Baskonia presume ahora de un 1-0 que ha sido históricamente decisivo para decidir el campeón, pero que en las dos últimas temporadas resultó una condena. Quien golpeó primero, perdió. El Barça en 2016 y el Madrid en 2017. A ver.