Tras 35 días de competición, uno de los datos más llamativos que nos está regalando el curso 2015-16 es el balance favorable de los equipos del Este ante los del Oeste (48 victorias por 42 derrotas). Justo en la temporada en el que la importancia de las Divisiones se ha reducido a casi cenizas y cuando un mayor número de voces opta por unos Playoffs puros entre los 16 equipos con mejor récord, sin importar cuál sea su procedencia, la Conferencia débil le está comiendo la tostada a la súperConferencia. Aún es pronto para sacar conclusiones (no hemos consumido ni un tercio de esta Regular Season), pero no deja de sorprender y de resultar llamativo que haya nueve equipos del Este con un porcentaje superior al 50% de triunfos por apenas 6 del conocido como salvaje Oeste (Wild West). Sobre todo, si se tiene en cuenta que desde la segunda marcha de Michael Jordan de los Chicago Bulls (temporada 1997-98), y con la excepción de los dos anómalas campañas del lockout (1998-99 y 2011-12), el último billete para subirse a los Playoffs siempre ha sido más caro de sacar en la Western Conference.

En la 2013-14, las diferencias se dispararon escandalosamente. Hasta el punto que los Hawks (Este) disputaron la postemporada pese a lucir un 38-44 mientras que en la Conferencia vecina los Suns se fueron a mediados de abril de vacaciones con un 48-34 en su casillero. No obstante (como se puede ver en el gráfico adjunto, actualizado a 23 de noviembre), la campaña pasada esta brecha se redujo pese a seguir siendo resultando escandalosa. Pero en cosa de unos meses y cuando nadie preveía algo semejante, a día de hoy la tendencia ha dado un giro de 180º. Los Celtics se quedarían con un 10-8 fuera de las eliminatorias por el título, mientras que los Suns (empatados con Minnesota) ocupan la octava posición del Oeste con un 8-10. Y es que, tras el 3-0 de esta madrugada (más el 4-0 de la anterior) favorable a los Eastern teams ante rivales de la Western Conference, las 15 franquicias que la forman lucen un balance negativo (133-139: 48,9% de triunfos). Mientras tanto, en la vecina es favorable: 134-128, 51,1%.

Ampliar

Pero estos resultados serían otros a no ser porque tanto los Warriors como los Sixers están firmando las mejores rachas de siempre en un comienzo de temporada. Si no incluyéramos el 19-0 de Golden State, el Oeste marcharía con un 114-139 (45,05% de triunfos). A su vez, sin contar el penosos 1-18 de los Sixers, en el Este estaríamos hablando de un récord por encima del 54% de triunfos: 133-110.

A partir de aquí surge una pregunta tan sencilla de formular como compleja de responder. ¿A qué se debe este bajón en el Oeste? Intentando simplificar las cosas (insisto, nunca hay que sacar conclusiones a principios de diciembre), al pobre rendimiento de varias de sus súperpotencias. Los Pelicans (Anthony Davis va a tener que emplearse a fondo para repetir presencia en los Playoffs) no han ganado ningún partido ante rivales de la otra Conferencia (0-5) y los Rockets tampoco están para sacar pecho (3-5). Si a esto le sumamos el 5-1 de los Heat ante equipos de la costa del Pacífico, el 4-1 de los Hornets, el 4-2 de los Knicks y Bulls o el 2-0 de los Cavaliers, podemos empezar a comprender el porqué de este brusco giro. ¿Será una tendencia esporádica o por el contrario estructural?