Tras cinco meses sigue sin dar con una respuesta que enderece este Madrid pendular. No ocurre nada por decirlo. Sus tres Copas de Europa mantienen intacto el brillo.
Zidane no ha utilizado con Marcos Llorente la vara de la justicia, esa que atiende a los méritos para recompensar o señalar. De haberlo hecho, seguiría en el Real Madrid.