As.com
Cimas por alcanzar

AS COLOR

Cimas por alcanzar

Teníamos este tema preparado antes de que la UEFA se negara a autorizar la iluminación del Allianz Arena con la bandera del arcoíris, como suele hacer todos los años el Bayern Múnich con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBT, también conocido como Orgullo Gay, que se celebra cada 28 de junio desde 1970 en conmemoración de los disturbios de Stonewall en Estados Unidos. Toda la polémica que ha surgido alrededor de las justificaciones de la UEFA me ha recordado a los comentarios de algunos amigos míos: “Yo cuando se celebre el día del Orgullo Hetero, celebraré el Orgullo Gay”. Esa falsa neutralidad con la que aún estamos acostumbrados a convivir en nuestra sociedad. Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos dijo en su día Martin Luther King. De ahí la valentía de Neuer. No venimos en esta ventanilla a decir que somos mejores que nadie. Al revés. En AS con el tag de homosexualidad no aparecen muchas noticias. Las que hacemos suelen dar pinchazos porque seguimos sorprendiéndonos al leer titulares del estilo "Oculté mi sexualidad para lograr éxitos en el deporte", “Soy gay, pero no estoy preparado" o "La homosexualidad se acepta en el fútbol femenino y no en el masculino". Por no hablar del tag homofobia, que sí se encuentra un poco más nutrido porque barbaridades del estilo “Cristiano, maricón” suelen dar un nutrido número de clics. Hace poco una fantástica entrevista de Alberto Martínez a Víctor Gutiérrez, waterpolista del CN Terrassa, visibilizó una realidad que muchas veces no queremos detenernos a escuchar: "No hemos evolucionado desde el Míchel, Míchel, maricón...". Entre todos seguimos sin quitarnos esa maldita losa del qué dirán. Debieron cuestionárselo en el seno de la Selección española, cuando la FELGTB pidió a Busquets lucir el brazalete arcoíris ante Eslovaquia. No sucedió. Pasaron. Y eso que en la petición se incluyó en copia al presidente del CSD, José Manuel Franco. Pero, como a algunos de nosotros, les invadirían los típicos qué dirán. ¿Qué dirán desde Arabia Saudí, donde la homosexualidad está castigada con pena de muerte, después de que les hayamos vendido nuestra Supercopa? ¿Qué nos dirá la gente si no nos clasificamos para octavos después de salir al campo con el brazalete? ¿Qué dirán esos amigos-machotes al ver mi firma en un tema relacionado con la homosexualidad? Entre todos, si es que formamos parte de los buenos, contribuimos a esa indiferencia que permiten a unos pocos sostener un discurso homófobo. Por eso debemos aprovechar esta ola, iniciada con artículos como el de Alfredo Relaño para visibilizar que la igualdad es una cumbre no alcanzada.

A la vista está en el mundo del fútbol el caso de Justin Fashanu, conocido como "el negro de un millón de libras" por ser el primer futbolista de raza negra en alcanzar esa cifra de traspaso. Este delantero fue el primer futbolista de élite fuera del armario. En 1990 protagonizó la portada del periódico The Sun confesando su homosexualidad, tras lo cual fue objeto de burla por parte de los aficionados e insultos de compañeros de profesión. Ningún equipo le hacía ofertas y su condición de estrella de los tabloides le empujó a un comportamiento errático y a una retirada prematura que acabó en tragedia. Tras ser acusado por un adolescente de agresión sexual, Fashnau se suicidó (a los 37 años) porque (aunque no le condenaron por falta de pruebas) sentía que ya había sido condenado por la opinión pública. En el fútbol profesional de nuestro país sólo algunos equipos han tenido el valor de romper tabús (Rayo, Eibar, Granada, Las Palmas, Leganés, Sevilla o Girona) y saltar al césped con el brazalete arcoíris. Se trata de un gesto en favor de la igualdad y la diversidad, y a su vez contra la LGTBIfobia en el fútbol en particular y en el deporte en general. Por eso acudimos a otras disciplinas, donde otros deportistas se atreven a mostrar lo que otros aún tienen miedo a mostrar. Es el caso de los escaladores Alex González, de 19 años, y Jaume Peiró, de 21. “A pesar de que personalmente no hayamos recibido mensajes de odio por nuestra orientación sexual o no hayamos vivido agresiones físicas por ser pareja, creemos esencial seguir luchando por todas las personas que a diario sufren este tipo de violencia, que son muchas más de las que nos imaginamos. Abrimos una pregunta que queremos que os hagáis internamente y os respondáis sinceramente: ¿Te extraña cuando alguien te dice: “soy gay”, “soy lesbiana”, “soy bisexual”, “soy transexual” …? No debería. Es un pensamiento que hay que cambiar y nos atrevemos a decir que hay que cambiarlo tan radicalmente, no porque sea el nuestro, si no porque no puede haber otro. No es una ideología política o religiosa, es así y no hay más”, sostienen. Hablamos con ellos antes de iniciar su actual aventura por Perú. Son dos valientes. No sólo por mostrarse al mundo tal y como son (“muchas veces recibimos muchos más likes por una simple foto besándonos entre nosotros que por un fotón de escalada”) sino por atreverse a vivir la vida que ellos quieren, no la que les impone la sociedad. Probaron siendo adolescentes la escalada de competición, pero es una disciplina donde apenas hay posibilidades de sobrevivir económicamente como profesional en España. Tiraron hacia la escalada clásica, como si en lugar de veinteañeros hubieran crecido en la old school. Han recorrido países como Jordania, Marruecos, Argentina, Estados Unidos, Canadá, México y en múltiples lugares de Europa. Tiene varios patrocinadores (Solo Climb, Camp 1889, Ferrino o Boreal), acaban de sacarse el TD2 de montaña y con todo ese bagaje ofrecen charlas y conferencias en distintos puntos del mundo. Álex aún no ha cumplido los 20 años y ya ha estado en el mítico Yosemite, Patagonia, Mont Blanc (con 14 años) o ha escalado caras del Picu Urriellu en integral (con 15 años). Muchos de nosotros muchos, con esa edad, no habíamos cogido ni un avión. “Después de 9h de avión, 24h de viaje, 8h de autobús y entre medias que nos perdieran una mochila llena de material, aparecemos en Huaraz, la puerta de los Andes. Llegamos a las 7h de la mañana y a las 11h rumbo a Hatun Machay, sin esperarlo aquí empezaron nuestras rotaciones de aclimatación. Estuvimos escalando dos días a una altura aproximada de 4.500m dormimos una noche y de nuevo a Huaraz a 3.200m”, explican sobre su actual expedición. Son Couple Climbers, una pareja con mucho tirón en redes sociales. “Hace aproximadamente un año comprendimos la necesidad de luchar por los derechos del colectivo LGBTIQ+. A día de hoy siguen siendo más de 70 países en los que la homosexualidad, bisexualidad y transexualidad no está legalizada ni tiene leyes que regulen los delitos de odio, la discriminación laboral o incluso las agresiones físicas, llegando en otros 12 hasta la pena de muerte. Esto sin hablar de que en todos los países, sin excepción, hay discriminación sobre todo en las escuelas, lo que es un problema gravísimo”, cuentan.

“Hay dos perfiles de personas en el mundo de la escalada, como en todos los sitios. Uno un poco más troglodita y otro, más abierto. A día de hoy, no es raro escuchar en los pies de vías microhomofobismos en forma de “ánimo” o como acicate para seguir subiendo, leer comentarios homófobos en redes sociales o ver videos de agresiones físicas por mostrar su orientación sexual o identidad de género”, subraya Jaume, que no hace mucho decidió mostrar al mundo su identidad sexual. Álex, en cambio, no tuvo reparo desde el primer momento en decirlo públicamente aún en el colegio. “Falta mucho para que las personas tengan igualdad y no creo que viva para verlo. Ahora mismo, por ejemplo, a nosotros adoptar un hijo nos costaría muchísimo más que una pareja heterosexual. Hasta que deje haber discriminación, creo que es importante que sigamos visibilizando esta realidad. Los niños y niñas siguen sufriendo bullying en los institutos”, precisa Álex. A la vuelta del viaje de Perú tienen pensado viajar a Francia, Italia y Suiza. Luego, la Patagonia en invierno. Mientras, luchan por una igualdad real para que cada vez nos encontremos con menos 'trogloditas' que nos hablen de una falsa neutralidad. En el fútbol o en la montaña. Eso sí, estamos ante una ascensión más difícil incluso que un 9A…

La playlist del vestuario random

Back to top