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WATERPOLO

"No hemos evolucionado desde el Míchel, Míchel, maricón..."

Víctor Gutiérrez, del waterpolo del CN Terrassa, explica en AS su episodio homófobo con Ubovic (apartado por el CN Sabadell) y reflexiona sobre "una lacra" del deporte.

Víctor Gutiérrez, hoy, en la piscina de entrenamiento del CN Terrassa.
Gorka Leiza.

El sábado, por la tarde, el jugador del CN Terrassa Víctor Gutiérrez, que en 2016 declaró públicamente su homosexualidad, denunció en sus redes sociales que un jugador del CN Sabadell le había llamado en dos ocasiones maricón: durante el encuentro de la División de Honor masculina y justo al terminar, ya fuera de la piscina. El domingo hizo público que el serbio Nemenja Ubovic era el jugador en cuestión. Su club, el CN Sabadell, estudia lo ocurrido con versiones "contradictorias" pero ha decidido apartar al jugador de entrenamientos y competiciones hasta que se resuelva. El boya serbio prefiere estar en silencio. Víctor Gutiérrez atiende a AS en la misma piscina del sábado.

¿Cómo está después de lo ocurrido el sábado?

Me afectó más de lo que debería y de lo que me permito a mí mismo. Creía que tenía mucho ganado y que estaba seguro en mi deporte, pero vi que no era así y por eso me dolió. Esa rabia que sentí el sábado se ha convertido ahora en determinación y energía. He notado el cariño de la gente. Esto no se puede dejar pasar y por primera vez se debería abrir un procedimiento sancionador sobre este asunto.

¿Quién le ha mostrado ese cariño?

He recibido muchas llamadas. Se puso en contacto el presidente de la RFEN, el del CSD e incluso políticos como Salvador Illa y Miquel Iceta. También por las redes mucha gente desconocida y conocida. Esto lo que hace es darnos más fuerza y ganar convicción de que lo que hago es lo correcto. Esto no se puede permitir.

¿Y del mundo del waterpolo?

Hubo muchos compañeros de profesión que se solidarizaron, incluso jugadores del CN Sabadell, compañeros de Ubovic. Cualquier persona con educación y respeto entiende que esto no me lo puedo callar y menos en el deporte.

Volvamos al sábado. ¿Cúando le insultan por primera vez?

Me insulta en un lance del juego en el segundo cuarto. Esto me ha pasado más veces y nunca me lo he llevado al terreno personal. A veces se dicen estas cosas y no es lo que uno siente, porque es normal cuando estás a 200 pulsaciones. E incluso a veces es una estrategia para descolocar a los rivales... No sabía si irme a por él o decírselo a los árbitros. Pero nos jugábamos mucho (el partido decidía los puestos de Champions), y seguí jugando con normalidad.

¿Y la segunda?

Nos cruzamos los dos equipos al final del partido, pero yo no le quiero darle la mano. Él delante de mis compañeros y de la gente me vuelve a llamar maricón. Fuera del agua no tiene justificación. Me lo dijo en español y podía habérmelo dicho en serbio, que yo no me entero. Quería hacerme daño. No quiero ser cómplice y no lo quiero permitir.

¿Usted conoce bien a Ubovic?

Le conozco desde los 16 años, él es del año 1991, como yo; hemos jugado en contra en categorías inferiores y hemos estado en muchos campeonatos. Antes teníamos una buena relación. Lo conozco desde siempre, creció conmigo, aunque hace que no tenía relación. No me entra en la cabeza. Es joven, y no me vale que sea serbio y que haya jugado en Hungría. No entiendo cómo tiene esa mentalidad o quiere hacer daño con ese tema. Si esto me pasa a mi con 30 años, ¿qué no le pasará a un chico o chica anónimos y menores? Esto debe pasar todos los días.

Decía antes que no era la primera vez. ¿Son habituales este tipo de insultos?

Los insultos existen en nuestro deporte. Uno cuando está acelerado entra en roces e  insultos. Forman parte del juego. Ya viví episodios así, y luego esos compañeros se han disculpado o me han dicho que no iba por ahí. Habrá gente que me critique por eso, también yo puedo decir algo contra un gordo y no soy gordófobo. Pero para mí la línea está en decirlo fuera. Además, no se puede comparar la criminalización del colectivo LGTBI con otro. Hay que repudiar todas las faltas de respeto, pero en ningún país matan a la gente por estar gorda o calva. O corean en un estadio tu condición sexual. Se ha arrastrado desde hace muchos años.

¿Si se hubiera disculpado todo habría acabado ahí?

Efectivamente, no le hubiera dado más importancia. No quiero que se hable de esto. Pero creo que hice lo correcto, porque esto no se debe esconder, se debe señalar. Lo que no se ve es como si no existiera. Si no lo pongo de manifiesto, hago un flaco favor a la evolución del deporte. Se debe sancionar.

Víctor Gutiérrez.
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Víctor Gutiérrez.EDUARDO CANDEL

Optó por la vía pública con las redes sociales, ¿intentó que los árbitros lo añadieron en el acta o hablar con la RFEN?

Cuando acaba el partido, me voy a la mesa arbitral. Les digo que recojan en acta que Ubovic me ha llamado maricón en dos ocasiones. Ellos me dicen que me apoyan pero que no lo han escuchado. Yo les dije que lo iba a denunciar públicamente. Ellos dijeron que me apoyaban. Yo creí que esto iba a quedar de manera impune si no salía en acta y yo no decía nada. Podría haberlo dejado pasar, pero esto harto de estos comportamientos. Es lo de toda la vida. En los 80 se cantaba 'Míchel, Míchel maricón', y luego 'Guti, maricón', y luego Cristiano. Llevamos 40 años con la misma mierda. Parece que sea barra libre.

¿No ve evolución desde esos 40 años?

No se ha evolucionado en este tema. No seré cómplice de ello. Soy el primer homosexual de élite que sufre homofobia. Ojalá se sienta un precedente. Hay que sancionar al jugador, se lanzaría un mensaje importante.

¿Cree que situaciones racistas como las de Diakhaby, al margen de que es fútbol, tiene mucho más repercusión y consecuencias que las vinculadas a la condición sexual?

Son temas complicados. Se escuchó algo pero no se demostró quien fue. Si en el fútbol con tantas cámaras no se ve... Lo mío es igual, y lo asumo; pero yo no miento, no tengo necesidad. No es una venganza personal. Soy una persona segura con mi orientación, le he dado visibilidad. Si lo hago es porque hay gente insivible que lo sufre. Lo que debería ocurrir es lo mismo que pasa con el racismo, que las federaciones lo condenan, lo sancionen y lo castiguen. Si pasa algo, se expulsa al infractor. En el deporte debería haber un régimen sancionador para ello.

¿Y cómo cambiar esa mentalidad desde el deporte?

La homofobia está instaurada en el deporte. Puede ser un insulto o una agresión, hasta microhomofobia. "No chutes como una niña", "marica el último"... Son comentarios quizás inocentes en ocasiones, pero hay niños jóvenes que asocian su orientación sexual con algo despectivo. Eso lo que hace es generar un lastre. Es muy importante que esos comportamientos desaparezcan. La educación es fundamental. Me han dado 25 millones de charlas, pero nunca sobre la diversidad sexual. Será más fácil para los chicos entender que estarán rodeados de diversidad. Eso lo que harán es que entiendan que salir del armario es algo normal.

¿Cómo le ha cambiado la vida desde que en 2016 anunció su homosexualidad?

Ha cambiado mucho y nada. Sigo llevando mi vida, sigo en mi profesión, con mis estudios, mis amigos... Cambió la visilidad que he tenido. Me acerqué a muchas personas. Me escriben cada día y soy un afortunado porque he llegado a la elite y no sufrí muchos episodios como este. Mi experiencia es positiva, y quiere hablar de lo positivo, pero hoy me toca hablar de lo negativo. Un insulto no puede amedrentar a nadie.

¿Cree que el deporte masculino es muy homófobo por el prototipo que se tiene del deportista?

El deporte es machista, se mueve por un estereotipo rancio de la masculinidad. Y lo que se aleja no es válido para el deporte. ¿Cuántos deportistas de primer nivel hay fuera del armario? Presuponemos que todo el mundo es heterosexual y a nadie se le insulta por esa condición. Pero cuando a un homosexual sí, hay que visibilizarlo. De los Juegos de Río solo el 0,4% se visibilizó, y eso no es cierto. A nivel social se estima que es entre el 10 y el 12%. En el deporte queda mucho por hacer. Si no se aplican las leyes, todo es papel mojado. Esto no puede caer en saco roto y se debe sancionar.

Usted se ha convertido en un icono del movimiento LGTBI, ¿es un reclamo de las marcas?

El haberme convertido en el primer deportista en salir del armario con un mensaje constructivo me trajo cosas buenas. Abrí el camino para gente, y además sí, hay marcas que se quieren acercar a mi imagen. Pero vivo del waterpolo, esos ingresos son anecdóticos. Vivimos un mundo donde gusta que te posiciones, que se identifiquen con una imagen... Pero yo he dado los pasos correctos, busco empresas que se posicionen de verdad, no las que ponen la banderita o el tuit de turno y ya está. Los ingresos que tengo fuera del deporte son bajos, ojalá fueran más altos.