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NBA | WARRIORS 107 - CELTICS 111

Curry se une a Chamberlain, pero sucumbe a los Celtics

El base llega a los 17.000 puntos, único jugador en la historia de los Warriors en hacerlo además de Chamberlain. Intentó hacerlo todo ante Boston, pero no pudo.

Stephen Curry, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Golden State Warriors y a Boston Celtics.
EZRA SHAWAFP

Curry hace historia, pero los Warriors pierden. Es un titular que va a servir para muchas crónicas en un año en el que el base, sin Klay Thompson al lado ni posibilidades reales de optar al anillo, va a asumir mucho protagonismo en ataque, a acaparar titulares y a perder más partidos de los que está acostumbrado. No en vano, y si obviamos el último año casi en blanco que ha tenido (solo disputó cinco partidos), llegaba de cinco Finales y tres títulos en un lustro neta y completamente dominado por los Warriors, una franquicia histórica (fue la primera que ganó la NBA, en 1947 y cuando estaban en Philadelphia), convertida en la última gran dinastía de la NBA y sustituyendo en ese apartado a los Spurs de los cinco títulos o a los Lakers, ya sean los tres de Kobe y Shaq o exclusivamente los de la Mamba Negra, que ha sumado los mismos campeonatos que sus rivales texanos en las dos últimas décadas. Han sido, por tanto, tres las dinastías que ha habido desde la retirada de Michael Jordan hasta ahora, y una de ellas, la de Golden State, ha cambiado para siempre el baloncesto, dejando atrás la era del pick and roll para dedicarse enteramente a la del triple, una en la que han sido pioneros y precursores, hacedores y creadores, y para la que han tenido un restro que se encuentra ahora en una fase distinta de su carrera, pero que mantiene una magia que pocos jugadores han tenido: Stephen Curry.

El base se fue, ante los Celtics, a 38 puntos, 11 rebotes, 8 asistencias y 3 robos, con una serie de tiro muy buena: 12 de 21 en tiros de campo y 7 de 14 en triples, una estadística en la que puede alcanzar a Ray Allen... para el año que viene. Lleva 2.584 por los 2.973 del histórico escolta, que tiene más que asumida su derrota en esta clasificación y cuyo mayor méritos es haber anotado ingentes cantidades de lanzamientos exteriores cuando la competición norteamericana no estaba, todavía, dominado por ellos. Menos de 400 triples separan a ambas estrellas, y parece que, si no hay lesiones y todo va bien, Curry podría tenerlo a tiro en la 2021-2022. Otro récord que se une al que ha cumplido hoy, sobrepasar los 17.000 puntos, todos ellos con la camiseta de los Warriors, que no se ha quitado desde que aterrizó en la fanquicia, en 2009. Es el único en hacerlo en dicho equipo junto a, vaya, Wilt Chamberlain, que lo hizo en los 60 (primero en Philadelphia y luego en San Francisco) y en esos años de los 100 puntos, los promedios de 50,4+25,7 en una sola temporada y una ristra infinita de récords imposibles hoy de batir. A Curry le quedan, por cierto, 784 puntos para convertirse en el máximo anotador de la historia de los Warriors. Y es el séptimo jugador en activo que alcanza esa cifra. Casi nada.

Eso sí, los Warriors perdieron. La ausencia de James Wiseman les ha dejado tocados, y la lesión de Kevon Looney en el segundo cuarto del partido ante Boston, les deja sin pívot puro, un puesto que a buen seguro tendrá que ocupar Draymond Green (o Eric Paschall en menor medidas) de manera menos divertida de la que lo hacía en el famoso y añorado quinteto de la muerte (junto a Curry, Klay, Iguodala y Durant). Green hizo sus números habituales, solo 2 puntos, pero 11 rebotes y 7 asistencias, incisivo en defensa (2 robos y 2 tapones), pero con 5 pérdidas. Y Toscano-Anderson, Bazemore, Kelly Oubre y Wiggins también pasaron de la decena de puntos. Sin embargo, nada pudieron hacer a pesar de ir igualados al descanso (52-52) y de llegar con opciones a los últimos minutos de partido. Curry no pudo sostener a los suyos al final (12 minutos en el último periodo), en un cuarto en el que los Warriors lanzaron con un 36,8% en tiros de campo y un 25% en triples, además de fallar cuatro tiros libres que al final fueron clave. Es más, por esa diferencia, de cuatro puntos, acabaron perdiendo el partido (107-111).

Los Celtics, por su parte, respiran. Venían de dos derrotas consecutivas, ante los Spurs de cuatro puntos y los Lakers de uno (en un partido horroroso, por cierto), además de ganar sólo dos de sus últimos siete encuentros. El equipo verde estuvo liderado por Jayson Tatum, que se fue a 27 puntos (su media de la temporada), 9 rebotes y 3 asistencias. Además, buenos minutos de Tristan Thompson (13+8), de Jaylen Brown (18+10) y ligera mejora de Kemba (19+7+5) que sigue negado en el tiro (6 de 18) aunque ha mejorado, no era difícil, el desastre que hizo ante los Lakers: 1 tiro anotado en 12 intentos, ridículo. Además, Grant Williams aportó 15 puntos y los Celtics consiguen colarse, con más oficio que convencimiento, en la cuarta posición de la Conferencia Este con un récord de 11-8 que les deja empatados con los Pacers, sus inmediatos perseguidores (12-9) y a solo media victoria de los Bucks de Giannis. Mucha igualdad en el Este y dificultades en el Oeste para los Warriors, 11-10 y novenos, fuera de playoffs (el play-in sigue por ahí). Y con Curry en estado de gracia... pero muy solo, claro.