DOPING

¿Corre peligro Tokio 2020 para Ryan Lochte por su sanción?

El nadador estadounidense, quien preparaba sus quintos Juegos Olímpicos, no podrá competir hasta julio de 2019 por la suspensión impuesta por la USADA.

Estados Unidos
MARTIN BUREAUAFP

El segundo nadador estadounidense más condecorado en la historia de los Juegos Olímpicos. Seis oros, cuatro junto a Phelps. Poseedor de los récords mundiales de 200 y 400 metros combinados. El ocaso de Ryan Lochte, leyenda de la natación mundial, ha ligado el proceso abierto por la justicia por brindar testimonio falso durante los Juegos Olímpicos de Río con su primera sanción por violar los códigos anti-doping de Estados Unidos. El sueño de Tokio 2020, sus quintos Juegos, se aleja bajo el sol oriental. 

Lochte, de hecho, cavó su propia tumba. La Agencia Anti-dopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) inició su investigación a raíz de una fotografía publicada en las redes sociales del nadador el 24 de mayo, imagen en la que aparece recibiendo una infusión intravenosa, un proceso que el código de la USADA enumera con el romano IV. Según el comunicado emitido por la Agencia, en el que puntualiza que Lochte cooperó en todo momento con la investigación, el multi-medallista olímpico no recibió ninguna sustancia prohibida, sino un cóctel de vitaminas B-12 para tratar una enfermedad. De hecho, Lochte argumentó que los componentes están al alcance de cualquiera en farmacias.

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Los tratamientos IV están permitidos por los organismos amparados a los reglamentos de la Agencia Mundial Anti-dopaje (WADA, por sus siglas en inglés), siempre y cuando no excedan la cantidad de 100 mililitros administrados en un periodo mínimo de 12 horas. LNo es la sustancia, sino el volumen de la sustancia y el tiempo. Traspasado el límite, como en el caso de Lochte, el proceso viola los códigos, aunque la sustancia no sea un agente dopante ni integre la lista de prohibiciones de la WADA. La única excepción a la regla es que el deportista tramite una Exención Terapéutica (TUE), legitimada por una institución médica que valide que el atleta en cuestión necesita de la sustancia para cumplir un tratamiento, desde la aplicación de suplementos alimenticios, hasta una recuperación post-cirugía. La sanción a Lochte, que entró en vigor retroactivamente desde el 24 de mayo de 2018, fecha en la que incurrió en la violación del código adoptado por la Federación Internacional de Natación y el Comité Olímpico de Estados Unidos. Es decir, el día en el que colgó la fotografía.

"Estoy devastado" aseguró Lochte en una conferencia de prensa en la que explicó lo sucedido, después de aceptar la sanción. "Las reglas son las reglas. Nunca he tomado sustancias prohibidas. Nunca he intentado ganar alguna ventaja sobre mi competidor al poner algo ilegal en mi cuerpo. Nunca lo haría", se excusó antes de lamentar el tiempo de inactividad que tendrá que afrontar. Lochte volvió a las piscinas en 2017, al ganar el 200 metros combinado en el US Open. Fue su primera competencia desde los Juegos de Río, tras los cuales fue suspendido por 10 meses por el Comité Olímpico Internacional por haber mentido sobre un supuesto asalto sufrido en el baño de una gasolinera. Ahora, deberá esperar a julio de 2019 para volver a la acción, pero perderá los campeonatos Pan-Pacíficos de agosto próximo en Tokio y, más importante, los Mundiales de Natación de la FINA, la pieza más importante del calendario tras los Juegos Olímpicos, a celebrarse en Gwangju, Corea del Sur, entre el 12 y 28 de julio de 2019. De hecho, los Mundiales FINA pre-Juegos Olímpicos son clasificatorios a la justa veraniega y un termómetro que definirá a los favoritos para la misma.

La suspensión le ha llegado a Lochte en el momento menos idóneo, justo en la fase central de la preparación para la última meta de su carrera. Sin la alta competencia, y sin el punto de quiebre que significan los Mundiales de 2019 como primer objetivo para fijar tiempos y analizar cada marca a cada 50 metros nadados, Lochte tiene cuesta arriba nadar hasta Tokio. Sin embargo, el medallista olímpico no desiste. "No me daré por vencido". Para más prueba, pronunció las mismas palabras que cuando fue suspendido en 2016 por el fiasco de Río: "Esto me hará más fuerza".

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