De la cruzada de Wenger contra la cerveza a las manías de Guardiola o Conte con la dieta
Arsène Wegner marcó el camino a seguir a otros técnicos como Guardiola, Luis Enrique o Conte, muy intervencionistas en la alimentación de sus jugadores.
A nadie se le escapa a estas alturas que la preparación física de los jugadores de fútbol ha evolucionado enormemente en las últimas décadas. Atrás quedan esas figuras menos estilizadas propias de una época en la que no había tanta información, supervisión ni preocupación por la condición atlética de los futbolistas. No es que se menospreciara, pero no era ni mucho menos tan exigente.
En la actualidad, esa preocupación es evidente y ahora los entrenamientos son cada vez más específicos, las revisiones médicas más exhaustivas, los planes de trabajo más personalizados si cabe, y los pulsómetros y sistemas GPS que controlan el rendimiento y el estado de los jugadores se han convertido en habituales.
Y la dieta tampoco es lo que era. Buena parte de la culpa de que esto haya ocurrido la tienen ese tipo de entrenadores obsesionados con el control del más mínimo detalle. Técnicos metódicos que también dictan aspectos como la dieta y qué alimentos o bebidas deben ser desterrados por completo.
Arsène Wegner encabeza la lista porque literalmente revolucionó la Premier a su llegada. Aterrizó en Londres para hacerse cargo del Arsenal procedente de Japón, donde entrenó y convirtió en campeón al Nagoya Grampus. Y llegó como un soplo de aire fresco con nuevos métodos, nuevas ideas sobre nutrición adquiridas en su periplo japonés y decisiones imposibles a simple vista: luchó contra la cultura del pub tan enraizada en Inglaterra y prohibió la cerveza a sus jugadores. Hizo campeón al Arsenal. Y el resto de clubes le siguieron. Wenger fue un pionero.
Guardiola, Luis Enrique y Emery
Y al técnico francés se unieron otros tantos que comprendieron la importancia de la dieta. Guardiola, desde su época en Barcelona, siempre ha contado con la ayuda de eminencias en nutrición y fisiología como Esteban Gorostiaga o Ramón Segura gracias a las que ha conseguido instaurar una dieta equilibrada que mejorara el rendimiento de sus jugadores. También en Munich y por su puesto en su última aventura en Manchester, donde cuenta con la ayuda de la exdeportista y nutricionista Silvia Tremoleda.
Entre los vetos de Guardiola podemos encontrar las bebidas carbonatadas o gaseosas y la pizza. Messi sabe bien de lo que hablamos y tiene mucho que agradecer al de Sampedor, que cambió sus hábitos alimenticios hasta el punto de frenar la plaga de lesiones musculares que sufría el argentino debido a su mala alimentación.
El seleccionador nacional, Luis Enrique, o el entrenador del Villarreal, Unai Emery, también constituyen otros ejemplos de entrenadores que están muy pendientes de sus jugadores. El asturiano es responsable de que jugadores como Nolito o Claudio Bravo perdieran mucho peso bajo su tutela mientras que el vasco prohibió a su llegada al Arsenal beber zumos de fruta a sus futbolistas por el alto contenido en azúcar.
Quizá la anécdota con Ever Banega, en sus años en el Valencia, sea lo suficientemente gráfica para entender la preocupación de Emery. Al argentino, amante de la comida basura por aquel entonces y propenso al sobrepeso, le preparaban los cocineros del Valencia la comida para que se la llevara a casa. Más tarde incluso pusieron a su disposición directamente los servicios de un cocinero a domicilio. Llegó a rendir a un altísimo nivel.
Antonio Conte
Uno de los entrenadores que más titulares está acaparando en los últimos tiempos es el italiano Antonio Conte, que está ejerciendo un control absoluto en el Tottenham tras sustituir al portugués Nuno Espírito Santo. En su cruzada contra la deficiente dieta de sus futbolistas ha prohibido condimentos como el kétchup o la mayonesa, los sándwiches o los zumos, como Emery.
Aunque a nadie debe extrañarle ya que el italiano tiene a sus espaldas un historial de estricto control. No en vano, en su época en el Inter de Milan fue uno de los principales artífices para que Romelu Lukaku, actual futbolista del Chelsea, recuperara su mejor forma. Según algunos informes, el belga de origen congoleño pesaba a su llegada al Inter de Milán la nada despreciable cifra de 104 kg. Ahora es uno de los mejores delanteros del mundo.
Otras prohibiciones curiosas
En un reciente artículo, The Sun también se hace eco del control ejercicio por otros entrenadores en su momento. Fabio Capello, al igual que Conte, prohibió los condimentos; David Moyes o Paul Le Guen le declararon la guerra a las patatas fritas: Di Canio a la coca-cola con hielo, y el mítico Giovanni Trapattoni llegó a prohibir los champiñones en su época como seleccionador de la República de Irlanda por considerar que podían provocar problemas estomacales. Curioso.