¿Por qué hay un vuelo comercial que dura apenas 80 segundos?
A falta de un puente, solo hay dos maneras de recorrer la distancia entre Westray y Papa Westray en Escocia: a bordo de un ferry o de una avioneta, que se ha convertido en reclamo turístico.
No puede decirse precisamente que los habitantes de las islas de Orkney, en Escocia, vivan alejados del mundo o en un lugar en medio de la nada. Es cierto que no se trata del enclave más accesible del planeta, pero cuenta con los suficientes atractivos como para que entre dos de sus islas, separadas apenas por 2,7 km, una pequeña avioneta se haya convertido en una atracción turística. Es el vuelo comercial más corto del mundo: dura una media de 80 segundos.
Es posible que a efectos medioambientales pueda ser considerado como una aberración, pero se trata no solo de un reclamo para los visitantes, sino de un servicio que cumple su función entre las islas Westray y Papa Westray -la más antigua y remota del archipiélago- ubicadas al norte del Reino Unido.
Quienes usan este medio de transporte asiduamente, un bimotor (BN-2 Islander), son fundamentalmente estudiantes, profesores y profesionales de la salud que atienden a los 90 habitantes de las islas. Los habitantes, unos 90, también cogen el vuelo de Papa Westray para acudir a las instalaciones médicas cuando así lo necesitan o para hacer sus compras, aunque también existe la posibilidad de hacer el trayecto en ferry.
El precio del billete, subvencionado por el gobierno escocés, es de 8 euros. De lo contrario, el itinerario sería insostenible para la aerolínea regional escocesa Loganair, que lleva ofreciendo el servicio desde 1957.
En 2014, el Consejo de las Islas Orkney se planteó construir un puente entre Westray y Papa Westray como enlace fijo entre ambas islas, pero es un proyecto guardado en un cajón por el momento.
Riqueza natural y valor histórico
Quizá en otras circunstancias no se tomaran tantas molestias para conectar las islas a toda costa, pero más allá de facilitar la vida a habitantes y profesionales, la riqueza natural del entorno y valor histórico obligan a no abandonar al archipiélago a su suerte.
No en vano, en Papa Westray se encuentra la que está considerada como la casa de piedra más antigua, perteneciente al neolítico, conservada en el noroeste de Europa: Knap of Howar, que data de hace más de 5.500 años. Un destino muy apreciado y visitado por numerosos curiosos que invita a reflexionar sobre la forma de vida en aquella época o cómo llegaron sus pobladores hasta tan recóndito lugar.