El día que Henry Cavill pasó tanta vergüenza que decidió convertirse en Superman
El actor británico, famoso por interpretar también a Geralt de Rivia, vivió un momento muy embarazoso en un casting que provocó un importante cambio en su vida.
Al hablar de Henry Cavill (38) es imposible no mencionar el papel que probablemente le concedió la fama definitiva: Superman. Es cierto que el británico venía llamando la atención sobre todo a raíz de su aparición en Los Tudor, pero no fue hasta que se puso el traje de superhéroe cuando su carrera dio un vuelco definitivo.
Pero mucho antes de le llegara la oportunidad de interpretar al icónico personaje de DC Comics, Cavill vivió un momento muy embarazoso durante el casting para convertirse en James Bond tras la salida de la franquicia de Pierce Brosnan.
“Probablemente podría haberme preparado mejor. Recuerdo al director, Martin Campbell, diciendo que parecía que estaba un poco regordete. Por aquel entonces, no sabía cómo entrenar o hacer dieta. Y agradezco la sinceridad de Martin porque reacciono bien ante la verdad, me ayuda a mejorar”, reconocía el británico en una entrevista con Men’s Health, que se puso manos a la obra para cambiar esa imagen.
Algo que ha logrado con creces ya que después de aquella decepción se hizo con el papel de Superman y últimamente con el de Geralt de Rivia, el personaje creado por el escritor polaco Andrzej Sapkowski y cuyas andanzas se pueden ver en Netflix (The Witcher). De hecho, no es nada descabellado decir que está en la mejor forma física de su vida. “No quería ser un Geralt regordete como tampoco quise ser un Superman gordo”, aseguraba el británico, que quién sabe si puede tener una segunda oportunidad para convertirse en el agente 007 tras la salida de Daniel Craig.
Y es que su nombre figura en las quinielas para sustituir a su compatriota, aunque de momento trabajo no le falta a Cavill, que además de interpretar a Geralt de Rivia, participará en Argylle, un filme de suspense, y en el reboot de Los Inmortales.