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Unella en 'Juego de Tronos' habla sobre el infernal rodaje de la escena de su tortura

Hannah Waddingham, la intérprete que encarnó a la monja de la que se vengaba Cersei, ha recordado el que fue uno "de los peores días" de su vida.

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Unella en 'Juego de Tronos' habla sobre el infernal rodaje de la escena de su tortura

'Juego de Tronos' es una de las series más exitosas de la historia y el fanatismo que despertó en buena parte del público no tiene parangón. La ficción fantástica basada en las novelas de George R.R. Martin se caracterizaba por sus crudas tramas, en las que la violencia, el sexo, la corrupción moral, y las traiciones y revanchas sangrientas estaban a la orden del día.

La exquisita ambientación y el descarnado realismo de la producción, así como el buen trabajo de la mayoría del reparto, contribuyeron enormemente a que tantas y tantas personas se engancharan a la serie, por desagradables que pudieran ser algunas de sus secuencias. Pero, aunque los espectadores disfrutaran a lo grande de los momentos más impactantes de la historia, varios de los actores pasaron un mal rato durante la filmación.

Hannah Waddingham, que interpretó a la septa Unella en la quinta y sexta temporada de la serie, recuerda con especial horror el rodaje de la escena de tortura que acabaría con la muerte de su personaje, pese a que el fallecimiento en sí no fue mostrado explícitamente en pantalla.

Recordamos que la brutal monja del Gorrión Supremo, a la que la actriz encarnó durante ocho episodios, le hizo la vida imposible a Cersei Lannister cuando esta estaba bajo su custodia. Así mismo, fue la responsable del ya mítico "shame!" ("¡vergüenza"!), que acompañó la humillante penitencia pública de la reina consorte por las calles de Desembarco del Rey. Así, cuando Cersei recuperaba el poder, se vengaba de ella de forma implacable: la inmovilizaba y la torturaba ahogándola con vino, antes de abandonarla a las feroces garras de su guardaespaldas, La Montaña.

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Pues bien, la grabación de la tortura fue especialmente dura para Waddingham, que a día de hoy califica aquella jornada de trabajo como "el peor día de mi vida, más allá del día que di a luz". En una entrevista con el programa de YouTube Collider Ladies Night, contó que, en un principio, la idea sobre el final de su personaje era otro: "Unella iba a ser violada por La Montaña, pero creo que habían recibido tantas quejas por la violación de Sansa que decidieron cambiarlo".

Pero rodar de manera creíble el simulacro de asfixia a través de la técnica 'submarino' fue un infierno para ella. "Allí estuve, atada a una mesa de madera durante diez horas", rememoró, explicando que hasta su compañera de escena, Lena Headey, se sintió de lo más incómoda al tener que verter una y otra vez líquido sobre su cara. Y no es para menos: Waddingham acabó sin voz y con moratones.

Pese a todo, la actriz reconoció que ella fue la primera en querer entregarse al máximo. "En esos momentos tienes que pensar: '¿Sirves a la historia y vas a por ello, o te acongojas y te pones en plan: Esto no es para lo que había firmado?'". La intérprete quiso apostar por lo primero, y durante las agotadoras horas de rodaje no dejó de repetirse, para tranquilizarse, que "la productora no iba a dejarme morir".

Su entrega profesional, no obstante, le pasó factura: tras la filmación, la intérprete ha desarrollado claustrofobia cuando está cerca del agua, y sufrió un ataque de pánico al ver una escena similar a la que ella rodó en otra serie de televisión.