Un documental desvela la razón por la que Britney Spears se rapó en 2007
La joven cantante entró en una peluquería de Los Ángeles y se afeitó ella misma la cabeza, una imagen que apareció en los medios de todo el mundo.
Britney Spears ha sido protagonista de muchos momentos para el recuerdo, aunque desgraciadamente algunos de ellos no han tenido nada que ver con la música. Uno de estos últimos se produjo hace más de 12 años, concretamente en febrero de 2007, cuando la cantante que por entonces tenía 26 años entró en una peluquería y se afeitó ella misma la cabeza ante la atónita mirada de varios fotógrafos. Las imágenes corrieron como la pólvora por los medios de todo el planeta, aunque hasta ahora no se había conocido el verdadero motivo que impulsó a la joven a tomar tan drástica decisión.
Hasta hace unas horas se había achacado esta medida de la cantante a un colapso mental e incluso a una de sus múltiples extravagancias. Pero la historia iba mucho más allá, y ha sido gracias al documental Britney Spears: Breaking Point emitido la pasada noche en la televisión británica, cuando se ha dado a conocer lo que pensaba la artista esa misma noche. Para ello, se pusieron en contacto con la primera persona a la que vio Spears tras salir de la peluquería: la tatuadora Emily Wynne-Hughes.
Según su relato, la estrella pop entró en su tienda esa noche cubierta con una sudadera tratando de huir de los paparazzi que continuaban tratando de conseguir la mejor fotografía. "No estaba segura de qué estaba ocurriendo fuera. Parecía como si hubiera una revuelta callejera. Y de repente, la puerta se abrió lentamente y entró ella", comenzó recordando.
"Me di cuenta enseguida de que Britney no tenía pelo. Le pregunté que por qué se había rapado, y su respuesta fue un poco rara", continuó diciendo. "Simplemente no quiero que la gente me toque el pelo. No quiero que nadie toque mi pelo. Estoy cansada de que todo el mundo lo haga", fue la respuesta de la joven cantante, dando una clara muestra de la frustración que sentía al ser perseguida continuamente y, peor aún, traicionada por sus propios empleados.
"Tenía dos guardaespaldas, supuestamente vigilando para asegurarse de que los paparazzi no estuvieran tomando fotos, y uno de ellos seguía abriendo las persianas" ante una masa de hasta 70 fotógrafos, tal y como aseguró en el mismo documental Esther Tognozzi, la propietaria del salón en el que Britney eliminó todo el cabello de su cabeza. Según ella, estos aceptaron sobornos para obtener imágenes del momento en que se rapaba.
Spears necesitaba ayuda médica e ingresó en una clínica psiquiátrica donde le diagnosticaron un cuadro de bipolaridad. Tomó el alta voluntaria a las 24 horas, y poco después de haberse rapado, volvió a protagonizar un escándalo al golpear el coche de un paparazzi con un paraguas. Lo hizo después de acudir a casa de su exmarido, Kevin Federline, con la intención de ver a sus hijos y no obtener respuesta. La rabia contra los fotógrafos la condujo a tomarla a golpes contra el vehículo.