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TENIS | ENTREVISTA

Carlos Alcaraz: "Ojalá que algún día llegue a ser una leyenda"

El murciano habla con AS sobre su gran 2021, en el que levantó sus primeros títulos ATP, unos días antes de partir con destino a Melbourne, donde disputará su segundo Open de Australia.

Carlos Alcaraz: "Ojalá que algún día llegue a ser una leyenda"
Julian FinneyGetty Images

Carlos Alcaraz (El Palmar, Murcia, 18 años) cerró 2021 en el puesto 32 del ranking mundial, después de levantar sus dos primeros trofeos ATP (Umag y las NextGen ATP Finals), debutar en los cuatro Grand Slams ganando partidos y vencer a tres top-10 (Tsitsipas, Berrettini y Sinner). El 8 de enero viaja a Melbourne para disputar, como cabeza de serie, su segundo Open de Australia. Antes, charla con AS para hacer balance de un gran año, hablar de su futuro y revelar algunos aspectos de su personalidad.

¿De todo lo que ha vivido en esta temporada 2021, con qué se queda?

Hubo grandes momentos, como por ejemplo cuando cumplí 18 años jugando contra Rafa Nadal en Madrid, algo espectacular. Pero me quedaría con la última derecha que pegué contra Tsitsipas en Nueva York antes de tirarme al suelo. Para mí eso va a ser inolvidable.

Ganó a rivales muy importantes esta temporada. ¿Cuál o cuáles le han impresionado especialmente y a cuál tiene más ganas de vencer?

Jugar contra Rafa en tierra, todo el mundo sabe lo que es y de lo que es capaz él en su terreno. Si la gente desde fuera lo ve difícil, desde dentro es el triple de complicado. Y Zverev me ha sorprendido también bastante. Jugué un par de veces contra él y me costó mucho. Con respecto al futuro, no le tengo ganas a un rival concreto, quiero ganarles a todos.

Tuvo dos momentos malos este año, aquel partido de París-Bercy (Gastón le remontó un 5-0 en el segundo set) y no poder jugar la Copa Davis por la COVID.

Para mí fueron dos experiencias de aprendizaje. Lo de París la verdad es que me dolió muchísimo, porque sentí mucha impotencia por dentro. Tuve un bloqueo mental del que quise sobreponerme. Gastón empezó a ganar y ganar, y yo a perder y perder. Quise levantarme y no conseguirlo me dolió. Pero días después, ya con más calma, pensándolo en frío, me di cuenta de haber pasado una situación así tan pronto me ayudará muchísimo para aprender. Fue un ambiente de Copa Davis, así que cuando me toque jugarla, ya sabré más o menos cómo lidiar con esa presión del público. No poder disputarla este año por el contagio, también me hizo daño, porque estaba jugando muy bien y creo que podía haber aportado cosas buenas al equipo. Pero soy un chico positivo, que intenta ver el lado bueno de las cosas y sé que habrá más momentos para poder jugar la Davis. Lo más importante en ese momento fue pasarlo y estar bien de salud.

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Este año ha sabido lo que es lidiar con que le conozcan mucho más, tanto aficionados como rivales, y ha afrontado el hecho de ser ya favorito en algunas ocasiones, como en las NextGen ATP Finals. ¿Qué tal ha llevado ambas cosas?

Para mí es más difícil el tema de que me conozca la gente y por la calle me vayan parando y demás. Pero son cosas que estoy llevando bien. Siempre digo que es parte del trabajo y que si la gente te conoce es porque algo estás haciendo bien. Así que dentro de lo que cabe, que la gente me reconozca, me pare y me diga que me está apoyando es bueno. Y lo de ser favorito… pues no lo pienso. Cuando entro en pista hablo con Juan Carlos (Ferrero, su entrenador) previamente y no tengo en la cabeza si soy favorito o no.

¿Le gusta que hay gente que le considera ya como un jugador carismático que genera mucha expectación?

La verdad es que me alegra que la gente me siga y me apoye, que hablen bien de mí. Como he dicho, eso significa que estoy haciendo las cosas bien y generando afición. Me alegra mucho saber que tengo a mucha gente apoyando.

En Australia ya será cabeza de serie, una pasada en su segundo año de Grand Slams. ¿Qué objetivos se marca sabiendo que ya tiene esa pequeña ventaja en los torneos importantes?

Sinceramente, sigo siendo muy joven y voy a los torneos grandes con la idea de seguir creciendo, porque aún me falta experiencia. Realmente no esperaba que en el segundo año de jugar Slams iba a salir de cabeza de serie y poder evitar a los grandes en las primeras rondas, pero bueno, lo principal es crecer, cogiendo experiencia y a partir de ahí, ya veremos.

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No sé si le llegaron a presentar en Madrid a Manolo Santana, cuando debutó en el Mutua, pero supongo que entenderá que él fue el que abrió el camino por el que usted va ahora…

Alguna vez le vi y le saludé, pero no tuve la suerte de hablar con él, pero la verdad es que todo el mundo sabe quién fue Manolo y la suya es una gran pérdida para todas las personas y para nosotros particularmente como tenistas. Fue una gran persona y es una leyenda.

¿Le gustaría serlo algún día?

Claro que sí, ojalá que algún día llegue a ser una leyenda.

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¿Para usted, qué es lo que más ha estimulado su progresión este curso?

Lo que más me ha ayudado a progresar han sido todos los momentos difíciles que he vivido, todos los partidos en estadios grandes. En Australia jugué mi primer partido a cinco sets y me enfrenté después a Medvedev. En Acapulco me crucé con otro top-10 como Zverev, luego competí contra Nadal en Madrid y después vino la victoria contra Tsitsipas en el US Open... Esos momentos me han ayudado a crecer y soy un chico que aprende de los errores, de las dificultades. Intentaré no volver a cometerlos, pero me han hecho crecer muchísimo.

Vamos a relajar el tono de la conversación. ¿Ese gesto como de pistolero que hace algunas veces antes de los partidos, de dónde lo ha sacado?

Tengo un grupo de amigos y nos encanta jugar a la Play casi todos los días. Y me dijeron que hiciera ese gesto por un juego en el que se usa una metralleta. Es como un símbolo de ese grupo y por eso lo hago.

Llama la atención el hecho de que, al contrario que la mayoría de los tenistas, que cuando desechan bolas antes de sacar las devuelven por abajo, usted las da con un bote alto. ¿Por qué lo hace así?

Alguien puede pensar que no estoy pendiente del partido por hacer esto. Pero no me gusta tirarlas por abajo o si tengo detrás al recogepelotas, devolverla al lado contrario. Quiero ponérselo fácil. Entonces miro dónde están para dárselas a la mano.

¿Al margen de esto, tiene usted alguna manía o rutina antes o durante los partidos?

Tengo una minimanía, y sé que por contarla me compararán con Rafa (Nadal), que es algo que no quiero, pero bueno. Siempre intento dejar la botella con sales minerales a la izquierda y la de agua a la derecha. Y cuando me las termino, no las tiro, las dejó detrás.

Su vida transcurre mayoritariamente en Equelite, donde se entrena, viajes, hoteles…¿Qué hace para relajarse en esa vorágine de tenis?

Ahora ya es parte de mi vida viajar y pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa. Suelo ver series y soy de escuchar música con los cascos, relajante sobre todo. Tengo muchas distracciones junto a mi equipo, con bromas y risas siempre. También estoy en contacto con los amigos. Cuando no tengo que pensar en tenis, tengo todas esas cosas con las que abstraerme un poquito.

¿Ha tenido tiempo a conocer otras cosas al margen del tenis y de tener una infancia más o menos normal?

Sí, y ha sido muy buena. De pequeño también jugaba al fútbol con mis amigos. Hasta los 15 o 16 años no me fui a vivir a la Academia (Equelite, en Villena). Vivía en Murcia y aunque me entrenaba bastante y me cohibía de muchas cosas que podían hacer mis amigos y yo no, tuve una infancia normal. Los fines de semana que podía me iba a jugar al fútbol. Diría incluso que algunas veces fui rebelde, porque no se lo decía a mis entrenadores, pero era un niño y me apetecía. También eché pachangas de baloncesto. No me puedo quejar.

¿Y qué ha pasado con los estudios?

Me saqué el segundo de bachiller y ahí lo dejé. De momento, no voy a estudiar una carrera. Aunque no es por falta de tiempo, siempre hay tiempo si de verdad quieres hacer lo que buscas. Pero para mí sería muy sacrificado tener que estudiar también en los viajes. Lo veo complicado en este momento y personalmente no he querido seguir.