US OPEN

Osaka sufre contra una gran Brady para llegar a la final

La japonesa alcanza su tercera final en un Grand Slam. Ganó las dos anteriores. Brady, revelación del US Open, cuajó un muy buen partido y torneo.

Naomi Osaka accedió, no sin sufrimiento, a una nueva final del US Open. La japonesa se enfrentaba a Jennifer Brady, la revelación del torneo en el cuadro femenino. La norteamericana llegaba a sus primeros cuartos de final a los 25 años. Su tardío éxito tiene una explicación, y es que decidió acudir a la universidad (UCLA) mientras comenzaba su carrera, algo poco común en el tenis. De hecho, Brady es la primera jugadora universitaria que llega a unas semifinales del US Open desde Lori McNeill (Oklahoma State) en 1987. Osaka tuvo que remar para superar al que seguramente sea el mejor drive del circuito femenino (con permiso de Serena), y acabó venciendo a Brady por 7-6(1), 3-6 y 6-3 en poco más de dos horas.

La japonesa se está mostrando intratable desde el reinicio de la competición, ganando los diez partidos que ha disputado (se retiró antes de la final del Masters 1.000 de Cincinnati por molestias en el muslo izquierdo). Con un aparatoso vendaje en esa zona se presentó a las semifinales del US Open, torneo que ya ganó en 2018. Ambas jugadoras salieron al partido tanteándose, encontrando descifrar los puntos débiles de su rival. Llevaban dos años sin enfrentarse, y la igualdad en la primera manga fue tal que sólo el tie break podría decidirla. Ahí se notó la experiencia de Osaka en estas situaciones pese a sus todavía 22 años, y la ex número uno del mundo pudo hacerse con el primer set, demostrando una impresionante velocidad de piernas. Sorprendentemente, Brady no perdió ni un segundo la compostura tras perder un set en el que había jugado realmente bien. La estadounidense sacó a pasear su potente drive en numerosas ocasiones, pero no llegaba ningún break. En los primeros 19 juegos del partido, sólo Brady tuvo una oportunidad de rotura, perdida en el primer set. Las dos jugadoras se mostraron muy sólidas con su saque durante todo el partido, y fue en el vigésimo juego del encuentro cuando una serie de errores no forzados de la japonesa entregaron el set a Brady. 

Llegaba, pues, el momento crítico del partido para Osaka. Sus errores y los aciertos de Brady hacían ver cómo la japonesa entraba poco a poco en una dinámica negativa, continuando con sus fallos. Pero fue ahí cuando Osaka sacó la garra de una campeona de dos Grand Slam, y en su primera bola de break en todo el partido, la nipona pudo romper el sólido saque de Brady. No dio su brazo a torcer la estadounidense, que se colocará como 25ª del mundo y será una tenista muy a tener en cuenta en el futuro. Osaka pudo certificar la victoria en el duelo de cañonazos (35 ganadores de cada una), y vuelve a una final de un gran torneo por primera vez desde el Abierto de Australia 2019, evento que ganó. Será también su segunda final en Nueva York, después de la de 2018, en la que ganó a Serena Williams. A sus 22 años, la japonesa sigue confirmándose como una de las mejores jugadoras del momento, y tendrá la oportunidad de ganar el sábado su tercer Grand Slam en su tercera final, ya que nunca ha perdido el partido por el campeonato de un major. 

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