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COPA DAVIS

El corazón de Bautista dio el primer paso para España

El castellonense jugó tres días después del fallecimiento de su padre y derrotó a Felix Auger-Aliassime por 7-6 (3) y 6-3. Rafa Nadal puede cerrar la final.

MadridActualizado a
El corazón de Bautista dio el primer paso para España

Atruenan los acordes épicos del Carmina Burana, como en Gladiator, y el equipo español sale a la pista con Roberto Bautista en sus filas. El hombre que tuvo que dejar la Copa Davis hace tres días por la muerte de su padre quiere acabar lo que empezó hace una semana y llevarse la Ensaladera que no tiene. Por eso, da a España el primer punto de la final frente a Canadá, al derrotar a Felix Auger-Aliassime por 7-6 (3) y 6-3 en 1h:49. Con el corazón encogido y la cabeza fría. Echando paladas sobre un mal recuerdo para mirar hacia adelante, cerró el partido, levantó su dedo índice y su mirada al cielo y corrió a abrazarse con sus compañeros. Liberado y feliz. A continuación, el tótem de la Caja Mágica, Rafa Nadal, tendrá la oportunidad de cerrar frente a Denis Shapovalov y conquistar un sexto trofeo para España. Está cerca...

Bautista había perdido el primer día contra Andrey Rublev y se había redimido el miércoles frente a Nikola Mektic. La tragedia trastocó los planes de Sergi Bruguera, que tenía fe ciega en el número nueve del mundo. En cuartos Pablo Carreño acusó la presión y cayó con Guido Pella lesionándose. Feliciano López tampoco logró ganar en semifinales a Kyle Edmund y retomar a Bautista era una opción. Arriesgada, por su estado anímico. Pero se mostró decidido a jugar.

Se puso frente a Auger-Aliassine, uno de esos NextGen que quieren tirar la puerta a sus 19 años y ya es 29 del mundo. El canadiense, hijo de un emigrante togolés, no había jugado en toda la semana, porque arrastraba molestias en el tobillo izquierdo. Pero había sido reemplazado con éxito por el sorprendente Vasek Pospisil (29 años y 150º), a quien Frank Dancevic decidió no alinear pese al llegar a la final con el aval de haber ganado tres de sus cuatro individuales esta semana y tres dobles junto a Denis Shapovalov. Los canadienses habían realizado todo el recorrido hacia su primera final con solo dos hombres.

Aliassime se vio delante de una Caja Mágica que era una caldera, con solo un partido de Davis de experiencia (acabó con 43 errores no forzados), y Bautista tuvo paciencia para dejar que le fuera pesando. Neutralizó una bola de break en el primer set, avanzó hasta el desempate y ahí fue un ciclón (7/3). Levantó los brazos, gritó "¡Vamos!" y el público le siguió enardecido.

Siguió serio Bautista, y aprovechando el shock del joven Alisassime, que en 2015 había sido campeón de la Davis júnior en la Caja junto a Shapovalov, logró una rotura para 2-0 y para dispararse hacia el triunfo con drives que cortaban el aire e incursiones precisas en la red. El canadiense neutralizó la ventaja, pero volvió a perder su servicio. Era el día de Bautista, no el suyo.

"Había que dar la cara y un paso adelante y es lo que hice. Todo eran adversidades y me he sabido sobreponer a todas", contó a pie de pista. Sólo queda rematar para tocar la sexta Ensaladera. La primera para él.