Urge ganar y urge vender
Lo dijo Mendilibar en los micrófonos de la Cadena SER ayer: “En esta situación hay que olvidarse de lo que queda y pensar en ganar cada partido”. Y es verdad, no queda otra. Debe aplicárselo el entrenador del Real Valladolid, Diego Cocca, que en Vallecas salió descaradamente a empatar cuando lo que se necesitaba era salir a ganar. Quedan quince partidos, pero si el Real Valladolid no gana pronto, los últimos no servirán para nada. La brecha de ocho puntos de desventaja no puede agrandarse más. Si en el próximo mes los blanquivioletas no reducen esa diferencia, no habrá nada que hacer.
Y apuntó Mendilibar, también, la necesidad de tratar de apoyar todo el mundo hasta que el partido termine. Cualquier fisura será un arma para el rival. Hay tanto en juego y están tan mal las cosas que no queda otra que agarrarse al clavo ardiendo de ganar el siguiente partido cuando, particularmente, no veo demasiadas cosas a las que aferrarse para confiar.
El objetivo, la idea, sería firmar un partido como el que jugó el Valladolid ante el Betis. Ese es el verdadero camino. Pero uno de los problemas es que de aquel partido faltarán hasta cinco jugadores que estuvieron en ese once inicial. No estará Lucas Rosa, ni Juma, ni Kike Pérez que fue el mejor, ni Moro, ni Marcos André. Este es ahora otro equipo, con incorporaciones que no sabemos el rendimiento que van a dar y, por tanto, no sabemos el nivel que van a poder conseguir.
Por eso, insisto, lo que vayamos a ver en el próximo mes va a marcar el camino. El camino a la salvación si los refuerzos funcionan y el equipo es capaz de enganchar unos cuantos buenos resultados. O el camino al desastre si lo de Vallecas o lo de Villarreal vuelve a ocurrir. Esto va de puerta grande o enfermería. O remontada histórica a lo Cantatore del año 96 o reeditar lo que el año pasado hicieron Granada y Almería bajando varias jornadas antes de terminar la competición. Queda la posibilidad del termino medio, la de bajar sufriendo hasta el último día. Pero no la espero. Intuyo que si hay reacción, habrá salvación. Pero no les engaño, veo más cerca el desastre final y la caída libre al precipicio. Ojalá me equivoque.
Y mientras, el club sigue en las manos de Ronaldo sin que aparezca un comprador. Dada la situación de ausencia permanente del brasileño de la actualidad y del día a día del club, empieza a ser urgente la venta y que las personas que vayan a hacerse cargo del Real Valladolid en un futuro estén antes de que comience la próxima temporada. Dilatar más el actual status quo no sirve de nada. Las figuras de Ronaldo, Fenaert, gran culpable de todo lo que ha pasado o Domingo Catoira no pueden estar más desgastadas, por decirlo de manera suave. No imagino un nuevo proyecto con ellos al frente. No puede ser. Pero la sensación que tengo es que Ronaldo no encuentra comprador. Lo que va a vender es un club que puede bajar a Segunda y con un potencial deportivo que no ilusiona. Ha vendido ya todo lo vendible en cuanto a jugadores y el que pueda comprar tonto no es. Sabe lo que compra y lo que se va a encontrar. Y si a Ronaldo le urge vender, a nadie le urge comprar. Ronaldo fijó el precio de 39 millones en caso de descenso y de 52 si el equipo permanecía este año en Primera. No parece que nadie esté dispuesto a pagarlo. Tendrá que bajar el precio. Salvo que, contra todo pronóstico, esté decidido a continuar.
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