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Un plan cojo sin Vinicius y Kroos

Alguno dirá que no se puede jugar como el Madrid lo hizo en Anfield, pero no es la primera vez que Ancelotti apuesta tan descaradamente por un planteamiento muy defensivo con una suerte bien distinta en el resultado. Incluso ante este gran Liverpool pudo conquistar mayor fortuna de contar con lo que se supone que es Mbappé. Aun así, a Ancelotti no le importa arrastrar a su equipo a un bloque bajo para protegerse mejor, ceder la iniciativa y acertar en las transiciones. En cierto modo, si busca ese equilibrio que tanto verbaliza, tiene sentido. Lo que nunca lo tendrá es perpetrar un partido tan hueco con el balón, sin apenas volumen ofensivo y a merced casi siempre de un superequipo como este Liverpool de Slot. Sobre el césped hubo una distancia sideral. El Liverpool mordió en las transiciones y en los ataques posicionales, no se perdonó un repliegue y combinó momentos de alto ritmo con ataques más ordenados que le hacen posicionarse mejor ante la pérdida. Gravenberch, Mac Allister y Jones constataron su superioridad en cada acción, ofrecieron criterio y picaron piedra para recuperar rápido. Con un Bradley excelente en el lateral derecho y con Robertson llegando por la izquierda, el Liverpool encontró a su tridente las veces que lo necesitó. Ni muchas ni pocas, sino las suficientes. Y eso que el Madrid trabajó colectivamente con orgullo en un 1-4-4-2 estrecho y compacto, con Bellingham y Modric pendientes de las ayudas a Mendy en el lateral con Salah. Pero acularse tanto en el área, incluso bajo el sostén casi infinito de Courtois, no puede ser el camino sin amenaza en el otro lado.

El Madrid no intimidó nunca del todo porque Güler se precipitó una y otra vez, Bellingham estuvo demasiado lejos de la zona de ataque y Mbappé dio el cante. Que el francés no brillara en un partido que estaba para él, con amplitud y espacios para correr desde la izquierda, resulta alarmante. Si Mbappé no es Mbappé, el Madrid no será el Madrid. Con Vinicius es muy probable que se hubiera dibujado otro encuentro como tantas veces ha sucedido. Su jerarquía se hace más trascendente cuando no está. Si cabían pocas dudas, ya no queda ninguna. Lo mismo ocurre con el retirado Kroos, el futbolista que de verdad daba pasajes de tranquilidad y organizaba al equipo alrededor de la pelota para hacer correr al rival y rebajar su entusiasmo. Pero el brasileño anda lesionado, y el alemán ya nunca volverá. Entonces a Ancelotti habrá que exigirle que adecúe su propuesta a lo que tiene, deje aparcada esa pulsión defensiva y defina una estrategia que dé empaque y alternativas reales en ataque al mismo tiempo. La culpa siempre no la tendrá Mbappé.

Tendido en su área

Ampliar

Defender en un bloque tan bajo tiene también sus contraindicaciones. En la jugada del 1-0, Modric, Camavinga y Bellingham están muy hundidos y la frontal se libera para Mac Allister, demasiado solo, que tira la pared luego con Bradley.

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