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Tuchel subestima al Madrid

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El fútbol no entiende de justicia, menos con el Madrid, ganador en todos los contextos. Es capaz de remontar hasta cuando es mejor desde el inicio y se ve abocado a ello. Porque haber caído contra el Bayern era inmerecido, pero estuvo muy cerca de hacerlo hasta que Neuer, un plan ‘B’ histórico y la épica de siempre abrieron una puerta que hasta ese momento parecía cerrada. Tuchel hizo también mucho para que ocurriera, con esa negligencia inexplicable de quitar a Kane, su mejor futbolista, cuando la amenaza todavía estaba latente. Pareció no conocer al Madrid, y esa autosuficiencia la machacó Joselu. La intervención del delantero, pieza indiscutible de esa colección de meritorios que tan grande hacen al Madrid, resultó determinante en otro episodio de leyenda. Un Bayern que lo había aguantado todo se cayó cuando divisaba la meta porque los Modric, Brahim o Joselu, además de un Vinicius de oro, tenían la orden de llevar a su equipo a Wembley. Así lo hicieron.

El Madrid fue mejor. Ancelotti quiso que su equipo presionara arriba y actuara con ambición a nivel posicional. Con Vinicius y Rodrygo como doble punta, con total libertad, el Madrid manejó la escena ante el conservadurismo del Bayern. Tuchel renunció a apretar alto, colocó un bloque medio y mandó que sus jugadores no arriesgaran la posesión. La titularidad de Pavlovic se entendió bajo esos términos. Solo las apariciones de Kane con su capacidad de protección y las posteriores aperturas a banda soliviantaron a un Madrid superior. El Bayern no encontró demasiado a Musiala, perdió a Gnabry pronto y Sané se extravió solo. De esta forma, el Madrid atacó con ahínco, con Vinicius rompiendo una y otra vez a Kimmich sin que Tuchel lo corrigiera. Debió fiarse en De Ligt, que no fue Kim, ý Neuer, pero ellos también dimitirían al final. Aun así, el Bayern golpeó inopinadamente a través de Kane y Davies. Después el partido entró en esa zona de combustión con los cambios de Ancelotti y llegó el momento de la narrativa blanca. Brahim y Joselu salieron con fuego y Tuchel contribuyó con cambios de dudosísimo acierto. Nadie sabe que pensó el entrenador alemán, que debió ser el único en el mundo con la percepción de que el Madrid ya no podía remontar. Pero pasó como otras tantas veces. Es el Madrid, aunque algunos no lo entiendan.

Gen de área

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Tener un recurso como Joselu es una bendición para el Madrid. Sigue las jugadas siempre y se adelanta en cualquier balón perdido. Cuando Vinicius iba a disparar, entendió rápidamente que podía haber opción de rechace. Neuer lo hizo posible.

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