Todos conjugamos el verbo soñar
El destino es caprichoso y ha querido que el Rayo llegue a las seis últimas jornadas con opciones reales de meterse en Europa...

El destino es caprichoso y ha querido que el Rayo llegue a las seis últimas jornadas con opciones reales de meterse en Europa. Y eso que, de los 27 últimos puntos en juego, solo ha sumado seis. Las matemáticas dan, veremos si también las piernas... Suceda lo que suceda, las que no fallarán son las gargantas de una hinchada que sueña con hacer las maletas para conocer mundo, como ya lo hiciera en el barro de la Segunda B. Algunos pudieron vivir hace un cuarto de siglo aquella aventura contra el Constel·lació, el Molde, el Viborg, el Lokomotiv, el Girondins, el Alavés... Replicarlo, por logros deportivos y no por fair play, sería la guinda al centenario. Un reto con efectos secundarios como el vértigo, aunque la Franja tiene poco que perder y mucho que ganar. Sin miedo, puede ser ese invitado inesperado a la fiesta continental. Mejor pedir perdón que permiso.
Vallecas es un lugar de héroes anónimos. De milagros constantes. De esa fe que respaldan los callos de las manos y el sudor de la frente. En el barrio, los sueños solo se cumplen con trabajo. El esfuerzo es innegociable y eso es lo único que pide la afición. Europa sería el broche de oro a la carrera de Trejo, la consagración de Álvaro en el olimpo rayista y la constatación de que este grupo tiene estrella. Todos conjugamos el verbo soñar: yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos. El Metropolitano aguarda y Sí, se puede porque hay margen para levantarse. Una y otra vez. Todas las que hagan falta. Porque la resistencia es una victoria infinita...
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