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Tebas, el desbocado

Hacía unos días que en mi Twitter se repetía un anuncio con la cara de Javier Tebas. Yo no sigo a este señor -¿para qué, si todo lo que dice llega a mis oídos igualmente?-, pero me fijé que se trataba del Foro para Fútbol y Deporte, organizado en Londres por el Financial Times, y decidí informarme. Además de Tebas, estaban invitados varios dirigentes del fútbol, británicos y llegados de Italia, Francia o Suiza. En los resúmenes de las charlas y mesas redondas casi no aparecía Tebas, quizá porque era el único que no hablaba inglés y sus limitaciones en este sentido no le permiten un diálogo fluido. En cambio sus palabras fueron muy comentadas.

Mientras los otros reflexionaron civilizadamente sobre los intereses de clubes y ligas, Tebas hizo el papel de siempre: el abuso verbal del metomentodo, el desprestigio de los demás. Primero defendió un modelo de liga española más equilibrado entre clubes y admitió que la Premier era el mejor producto a nivel comercial, pero luego habló de la posible venta del Manchester United, o de las supuestas infracciones financieras del Manchester City, actualmente en investigación, y dijo: “Ha roto cien reglas y habrá que tomar las decisiones adecuadas”. Torero, torero. Era un foro internacional y cuando le preguntaron por la Superliga, no le importó hacer el ridículo y desprestigió a Barcelona, Real Madrid y Juventus diciendo que “mienten más que Putin”, banalizando la invasión de Ucrania y la guerra.

Esta es la habilidad del lenguaraz Javier Tebas: la descalificación, el atropello verbal, las amenazas. Parece que respire polémica, de ahí sus constantes ruedas de prensa. En la Grecia antigua, Diógenes de Sinope se hizo famoso por su desfachatez, su actitud retadora y la crítica constante, dando lugar a la Escuela de los Cínicos. Pero Diógenes tenía humor y era un paria de la sociedad. Javier Tebas es lo contrario: su cinismo es el del poderoso, y además responde a menudo a una ideología reaccionaria. Qué imagen más penosa para el fútbol español.