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Pocas veces he visto esto

La primera semana de Tour terminó con poca historia. Se podía esperar, pero las formas son mejorables. Pocas veces he visto algo como lo de este viernes. Salieron cuatro corredores para buscar la escapada y, en un abrir y cerrar de ojos, se quedó uno. Qué aburrido, ¿no? Sinceramente, no lo entiendo. Si vas, vas. Si no, no. Para retirarte, no salgas. Si sales, lucha. Hoy, podemos hablar del Arkea gracias a Simon Guglielmi. Sin velocistas en el equipo, hay que intentarlo desde lejos. Y, si no sale, como en el 99% de las ocasiones, el premio también existe. Qué buena publicidad para Arkea. Cuántas horas en televisión. Qué alegría para la casa que te patrocina, parte indispensable de esto.

La victoria, lo más importante, no es lo único que hay en juego. Sobre todo, cuando alguien las acapara todas. Ahí, no hay debate. Jasper Philipsen es el jefe, el capo, el gran dominador de las etapas al esprint en este Tour. Cómo está funcionando el Alpecin en este sentido. ¡Cómo está funcionando Van der Poel! Pocos equipos se pueden permitir un lanzador como él. Es un regalo, una ventaja que no se puede desaprovechar. El neerlandés está siendo un lanzador excepcional. Lo está haciendo a la perfección, como si llevara toda la vida en ello. Philipsen se lo agradece y hace bien, porque Van der Poel es parte fundamental de estas tres victorias. En la general, entre Vingegaard y Pogacar, el marcador es de 1-1; en las volatas, de 3-0. Un hat-trick en toda regla. Y mañana, nueva oportunidad. Esperemos que con más chicha y menos siesta.