Marruecos: un rival sólido y enrachado
Uno de los mejores equipos de la primera fase. Marruecos accedió a octavos de final por sorpresa y puede sonar a rival asequible por su trayectoria histórica -la única vez que había accedido a esta ronda fue en 1986 y entonces la perdió por 1-0 contra Alemania Federal-, pero lo cierto es que su comportamiento en la fase de grupos fue sensacional: quedó primera en una liguilla en la que estaban dos semifinalistas del último Mundial, Croacia y Bélgica, y lo hizo mostrando una solidez defensiva fantástica, dejando la portería a cero y concediendo muy pocas ocasiones claras ante ambos contendientes. Ziyech y Boufal le han dado la calidad necesaria en tres cuartos de campo, pero sobre todo el conjunto de Regragui ha destacado por su espíritu colectivo y por su comportamiento grupal.
El típico rival que se le atraganta a España. El cuadro norteafricano posee unas características similares a las de los equipos que más le han complicado la existencia al combinado de Luis Enrique durante el mandato del técnico asturiano: prioriza lo defensivo, dificulta el juego interior rival y no va a buscar arriba con una presión adelantada en la salida de balón de su adversario. O sea: algo parecido a lo que le hicieron Japón en este Mundial, Suecia y Polonia en la anterior Eurocopa y Grecia y Georgia en la fase de clasificación, para citar ejemplos de encuentros que se le atascaron a España. Regragui suele usar un esquema 4-3-3 en el que los dos interiores, Ounahi y Amallah, trabajan a destajo y se separan muy poco del medio centro Sofyan Amrabat, que es la pieza capital en el equilibrio defensivo. Pese a que los dos teóricos extremos Ziyech y Boufal no se caracterizan especialmente por su sacrificio, el seleccionador marroquí ha logrado implicarlos y el bloque es especialmente sólido. Los dos centrales, Saïss y Aguerd, poseen ambos muy buen nivel y forman una pareja complementaria pese a ser ambos zurdos.
Un trabajo en tiempo récord. Walid Regragui ha conseguido que su equipo funcione como un bloque a pesar de llevar poco más de tres meses en el cargo. Marruecos superó la fase de clasificación africana con el bosnio Vahid Halihodzic en el banquillo pero lo destituyó en agosto por discrepancias con la dirección de la federación y con algunos miembros fundamentales del equipo como Mazraoui y Ziyech, que no estaban entrando en las convocatorias del preparador balcánico. Regragui, en su día jugador del Rácing de Santander, contaba con un título de la Champions League de África con el Wydad de Casablanca conseguido el pasado mes de mayo como mérito principal para ser el elegido para sustituirle.
La banda derecha como arma principal. Pese a que Youssef En-Nesyri se desbloqueó anotando ante Canadá un buen gol, la gran amenaza que presentará Marruecos será la dupla que forman por el costado derecho el lateral Achraf Hakimi y el extremo Hakim Ziyech. La potencia y calidad del ex canterano madridista le permiten inclinar el campo subiendo la banda y le dan libertad al talentoso zurdo del Chelsea para meterse hacia dentro y buscar acabar las jugadas con su finísimo golpeo de balón.