Kylian, lo mejor está por llegar
Si con un equipo deportivamente medio en ruinas ha sido capaz de alcanzar a estas cifras, asusta pensar hasta donde puede llegar con viento fresco y nuevas ideas
Es evidente que en este primer año ni en lo colectivo, ni en lo individual, Mbappé ha cumplido con la expectación que levantó su Galáctico fichaje, pero su espectacular actuación en Montjuïc, facturando prácticamente en cada balón que tocó, hace soñar a la afición con un arma de destrucción masiva que sirva para detener al Barcelona del futuro. Mbappé va a terminar con más de 40 goles esta temporada, pero es consciente de que eso en el Madrid no es suficiente. Su prudencia inicial penalizó mucho su rendimiento y afectó a su moral, pero tanto el club, como el nuevo entrenador, tienen clarísimo que será la pieza angular sobre la que cimentar un futuro brillante.
Si con un equipo deportivamente medio en ruinas, sin automatismos y con demasiados jugadores pensando más en lo individual que en lo colectivo, ha sido capaz de alcanzar a estas cifras, asusta pensar hasta donde puede llegar con viento fresco y nuevas ideas. Mbappé no ha fichado por el club más ganador del mundo para hincharse a meter goles intrascendentes, ha llegado para ser decisivo en los grandes choques y el pasado Clásico es la prueba clara de que no piensa parar hasta conseguirlo. Y el resto de compañeros tendrán que entender que los grandes títulos del futuro dependerán, en gran medida, de su capacidad para hacerle la vida más fácil en el terreno de juego al delantero más desequilibrante del mundo.
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