Juan Núñez llega al último corte

Sergio Scariolo anunció el martes dos descartes más para el Eurobasket: Quino Colom y Yankuba Sima. La Selección, que esta semana todavía tiene pendientes dos partidos oficiales de las Ventanas FIBA, queda de momento configurada por 14 jugadores, de los que aún hay que suprimir a otros dos para el torneo continental. Llama la atención, y mucho, que Juan Núñez permanezca en el equipo a falta del último corte, sobre todo porque apenas ha jugado con el Real Madrid durante la presente temporada y carece de experiencia internacional. Sin embargo, bien pensado, tampoco es una decisión incongruente. Incluso si se mantiene en la lista final. Al margen de las cábalas técnicas que esté haciendo Scariolo, o que prefiera tener a Núñez que a Colom para calentar un banquillo, hay una explicación más filosófica, incluso romántica, que cuadra mucho más con los complicados tiempos que corren en este deporte. El base madrileño es el futuro de un equipo que ha tenido que nacionalizar a Lorenzo Brown porque el baloncesto español no ha sido capaz de asegurar el relevo en esa posición.

Cuando me refiero al baloncesto español, no hay que pensar sólo en la Federación, que también. Hay otros frentes. La ACB es la liga con más extranjeros del mundo. Esa es una realidad. Núñez, que este verano ha sido nombrado MVP del Europeo Sub-20, ha tenido que marcharse al Ulm de Alemania para buscar los minutos que sabe que no tendría en el Madrid. Pero tampoco hay que volcar la culpa en los clubes, nada de eso. Hay otras amenazas. El sueño de muchos jugadores jóvenes es volar a la NBA, aunque luego allí no siempre mantienen la progresión. Juancho Hernangómez y Usman Garuba no parecen ahora mejores que cuando cruzaron el Atlántico. De hecho, su rendimiento ha generado dudas en la preparación. Sin minutos en la mejor liga del mundo, tampoco se puede crecer.