Hace calor, hace calor
Temperaturas de más de 40 grados, durante tantos días, afectan a las neuronas y vuelven loco a cualquiera. Tanto calor puede ser la causa de algunos comportamientos extraños que estamos viviendo. El presidente del Barça, después de un año de contratiempos: la patética salida del mejor jugador de su historia por, según dijeron, la precaria situación económica del club y la normativa salarial de LaLiga, una mala temporada sin ganar ningún título, una deuda de más de 1.300 millones y un saldo neto negativo de 450 millones, ha hecho bueno el refrán de que lo que no mata engorda, y Laporta está muy… vivo. Verle bailar de salón, sin complejos, Luck Be A Lady de Frank Sinatra, en las calles de Las Vegas, confirma que no estaba muerto, estaba de parranda. Ese Barça, que situaban al borde de la quiebra, es el club europeo que más ha gastado en fichajes. Arquímedes nos habló del poder de la palanca: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, y la palanca de Laporta, para volver a ver al Madrid, es quitarle a los que le sucedan en los próximos 25 años una parte importante de los ingresos que vayan a tener y gastarlos hoy.
A los propietarios de los clubes que son Sociedades Anónimas (todos menos cuatro) no les parece tan atractivo este apalancamiento financiero, porque es su dinero. Esta huida hacia adelante solo les debe preocupar, o no (allá ellos), a los socios del Barça. Los demás, encantados, cuantos más buenos futbolistas haya en LaLiga, mucho mejor para todos.
En junio también tuvimos otra ola de calor extraordinaria en la que algunos vieron a Bale en el Rayo Vallecano, pero nada comparable al “fichaje” de Cristiano por el Atleti. No parece posible, pero como nos cantó Rubén Blades, “sorpresas te da la vida”. Ni cambiando su grito por “Sioux”, después de cada gol, le querrían los atléticos. En el resto de Europa también el calor está provocando situaciones inauditas. En el Tour, después de 40 años con al menos un español entre los 10 primeros de la general, ninguno en esta edición. En Ferrari las cabezas también arden y están tirando, con reiteradas decisiones equivocadas, las opciones de Carlos Sainz de conseguir más podios y luchar por el Mundial. La Supercopa se jugará en Islandia, la tierra del hielo. ¡Menos mal!