El Madrid no acude a la encopetada cita estadounidense para cumplir sin más. Bastantes equipos sí van con esa mentalidad, pero Florentino ya ha marcado la raya (“estoy seguro de que nuestros jugadores se van a dejar el alma para conquistar el Mundial”) y Xabi Alonso se lo ha trasladado a sus hombres. Este primer Mundial de Clubes de la historia es más importante que una Champions. Primero, por prestigio. El Madrid fue el primer campeón de la Copa de Europa (1956) y de la Intercontinental (1960). Ser también el primero esta vez le pondrá en el Olimpo de la grandeza...

Segundo, por lo económico. Ganar el título el 13 de julio le reportaría unos 115 millones de euros a la tesorería del Bernabéu, con lo que sufragarías, por ejemplo, los fichajes de Huijsen y Mastantuono. Después de una temporada con más oscuros que claros, levantar este Mundial hecho por empeño de Infantino permitirá al Madrid recuperar el share de pantalla del fútbol en los cinco continentes. El prestigio no se regala. Champions hay todas las temporadas. Pero Mundial de Clubes sólo uno cada cuatro años...

El madridista va a mirar este Mundial con un interés creciente. Ganarlo, encima con el Barça humillado viéndolo desde el sofá de casa, les daría tal empujón mediático y fáctico a los blancos que al final diríamos que ha sido un curso notable. Encima, Xabi empezaría su magisterio con el pie derecho. ¡A por el Mundial!

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