Florentino Pérez busca la guinda para el pastel
El Madrid ha hecho bien los deberes. De manera excelente, se podría decir. Se adivina con certeza el once del futuro, un equipo de plenas garantías y joven que tiene mucho recorrido en el que hay hombres que serán fundamentales. Son los Camavinga, Tchouaméni, Vinicius o Rodrygo, futbolistas casi imberbes aún, fichados en tiempos recientes, que culminan la pretendida renovación. A ellos se unen jugadores que también acaban de venir pero que ya están sobradamente contrastados en la élite. Son Alaba y Rüdiger, también aire nuevo, puesto que tienen 28 y 29 años respectivamente. Vertebran el proyecto otras apuestas hechas con anterioridad que empezaron desde abajo, en la cantera, como el uruguayo Valverde...
Ya estamos ante un Madrid muy diferente al que completó aquel ciclo ganador de tres Copas de Europas conseguidas de manera consecutiva de la mano de Zidane. Nos iremos acostumbrando a recitar otro once de memoria en el que ya no estarán leyendas del tamaño de Ramos, Varane, Marcelo, Modric, Kroos e, inevitablemente aunque nos duela, tampoco Benzema. Hablamos a dos-tres años vista. Y eso es precisamente lo que le faltará a Florentino para completar su obra. La guinda que corone el pastel. ¡Lástima, iba a ser Mbappé! Pero saldrán más nombres, apuesten por ello, sobre todo después del Mundial.