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España no ha cumplido el objetivo

España terminó los Juegos Olímpicos de París 2024 como los había empezado: con un bronce. Dos medallas idénticas, pero con diferente sabor. Si aquel primer podio de Fran Garrigós abría la esperanza de unos Juegos de ensueño, con el récord de Barcelona 1992 en el horizonte, este último metal de los Hispanos de balonmano suponía el broche a una triste actuación que no ha cumplido, ni de lejos, los objetivos planteados. Entre uno y otro ha salido una suma de 18 medallas, la mitad de bronce, y cinco oros que sirven para maquillar el puesto final en el medallero: 15º. El adjetivo “triste” no hay que tomarlo como una crítica voraz, sino como la descripción de un viaje que no ha cumplido las expectativas. Tampoco es un palo a los deportistas, porque ellos mismos son los primeros frustrados por no haber alcanzado sus metas. Quien mejor describió esa sensación, en la primera semana, fue Lucía Martín-Portugués, cuando dijo aquello de: “¡Qué vergüenza! Vine a por medalla y me voy a la primera”. La autocrítica ayuda más al crecimiento personal que las excusas. Salvo que la excusa sea una lesión grave como la que sufrió Carolina Marín, obviamente.

Los análisis de las dos instituciones implicadas, el CSD y el COE, apuntaban a un número bastante más alto de podios. Ellos manejan informes exhaustivos. La previsión de los especialistas olímpicos iba en la misma línea. No era una invención de los medios de comunicación. Detrás de esas 18 medallas finales, solo una más que en Tokio 2020 y Río 2016, sí ha habido un incremento notable de diplomas. Los 42 de la cita japonesa han aumentado a los 51 de ahora, con un ascenso enorme en los cuartos y quintos puestos, un total de 29 por los 18 de la última edición. Demasiado chocolate. Esto demuestra una subida, sí. También vértigo. Estas clasificaciones nos llevan a dos pensamientos divergentes. Por un lado, supone la confirmación de una amplia clase media. Por otro, ratifica un problema en el penúltimo peldaño, un miedo escénico o un frenazo mental que impide al deportista español superar esa barrera. Se han perdido diez duelos directos por el bronce. El dato final invita a una reflexión, que a buen seguro se hará. Una de las conclusiones aludirá a la menor inversión que otros países, pero tampoco hay que olvidar que en el último ciclo olímpico ha habido 51 millones del programa Team España Élite que apenas se han reflejado en el medallero. El dinero es un problema, sí. No el único.

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