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El Shakhtar, reforzado tras ganar el clásico

Una victoria que siempre es especial. El Shakhtar ha jugado dos partidos desde su visita a Montjuïc. El primero lo ganó cómodamente en la copa ucraniana ante un rival de segunda división, el Viktoriya Sumy. Fue un 0-3 facilitado por la desafortunada actuación del guardameta oponente. Pero el plato fuerte llegó el viernes con la disputa del gran clásico del país frente al Dinamo de Kiev. En él, el nuevo técnico Marino Pusic repitió prácticamente el mismo equipo que había jugado en Barcelona con la única modificación de dar la titularidad al brasileño Newerton por el ausente Bondarenko. Este cambio provocó que Kryskiv pasara a jugar como interior, siendo el ex del Sao Paulo el que ocupó la posición de extremo. De hecho, fue él, el joven de 18 años llegado de una de las canteras más importantes de Sudamérica, el que dio la asistencia del único gol del partido: condujo con la pierna derecha por el sector izquierdo —juega a pie cambiado— y dio un sensacional pase al espacio que Zubkov convirtió en el 0-1. El resultado abrió una brecha de ocho puntos entre los dos gigantes, aunque es cierto que el Dinamo ha jugado un partido menos. Provocó, además, la dimisión de Mircea Lucescu como entrenador del conjunto de Kiev. Una noticia con cierto morbo, ya que el rumano está considerado como el mejor técnico de la historia del Shakhtar.

Una carrera en la sombra. Los primeros partidos de Marino Pusic han sido, pues, positivos. Incluso en Montjuïc, sin tiempo para prepararlo, consiguió que su equipo compitiera ante el Barcelona y por momentos rozara el empate. Fue tan sorprendente su nombramiento en las horas previas de aquel choque que no pudimos presentarlo en condiciones en el análisis de hace dos semanas. Pusic nació en Mostar, en la actual Bosnia y Herzegovina, en una familia croata. Curiosamente, no jugó en el club de la comunidad croata de la ciudad, el Zrinjski, sino que lo hizo en su gran rival, el Velez. Su carrera como futbolista fue modesta, y como entrenador empezó en el fútbol sala. Su única experiencia como primer técnico fue en el Twente de los Países Bajos, el lugar al que se fue a vivir cuando estallaron las guerras en Yugoslavia. Con el conjunto de Enschede no pudo evitar el descenso en los seis partidos finales de temporada, pero sí consiguió ascender como campeón de segunda la temporada siguiente. Luego se convirtió en asistente de Arne Slot tanto en el AZ como en el Feyenoord, contribuyendo notablemente en los éxitos cosechados por estos dos clubes en los últimos años.

No será un campo neutral. Aunque el partido se dispute a miles de kilómetros de Donetsk, el Shakhtar podrá disfrutar del aliento de su hinchada. Alemania es el país que ha acogido a más refugiados ucranianos desde el inicio de la guerra, y Hamburgo en particular es una de las ciudades en las que hay más: se calcula que cerca de 80.000. En el primer encuentro de la fase de grupos ante el Oporto, la asistencia de público fue de 47.000 espectadores. De hecho, en la liga ucraniana se están jugando todos los partidos a puerta cerrada desde el inicio del conflicto, por lo que estos duelos de competición europea en el exilio aportan al equipo un apoyo y un calor que no pueden vivir ahora mismo en su tierra.

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