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El mejor Mbappé, el mejor Rodrygo

Con el liderato a tiro y sin Vinicius, el Madrid se desencadenó y firmó su mejor partido de la temporada ante Las Palmas. Se comportó como un equipo brillante e intenso, cuyo único defecto fue presentarse tarde y conceder el gol de Fabio Silva sin haber entrado en calor con la pelota. Una licencia que seguro no gustó a Ancelotti, pero que quedó en anécdota por la formidable reacción que implicó a todos los jugadores. Dos estuvieron por encima del resto: Mbappé y Rodrygo. La exhibición del primero no refiere exclusivamente a su renovado idilio con el gol ni a sus señaladas habilidades técnicas, potencia y verticalidad. Mbappé operó con una inteligencia notoria, bajo un catálogo de movimientos del mejor delantero centro del mundo. Sus desmarques de ruptura entre lateral y central, sus apoyos en las zonas centrales y su olfato para moverse en el área sedujeron al personal y se tradujo en una mejoría en el dinamismo del equipo. Pero Mbappé no estuvo solo, incluso Rodrygo tuteó su actuación. Que el valor del brasileño sube como la espuma cuando vuelve a su hábitat natural, que no es otro que el costado izquierdo, es de sobra conocido, pero él le pone un empeño especial en recordarlo. Como extremo en ese lado, aumenta su peligrosidad y producción, al encarar de fuera a dentro. Además, aparece en posiciones interiores con más naturalidad y finiquita mejor las jugadas. Vinicius es inamovible, pero el encuentro pone el acento en lo que Rodrygo daría de sí si jugara siempre en la izquierda.

A dos actuaciones individuales colosales, se añadió un desempeño colectivo de nota. El Bernabéu recibió fatal el gol tempranero de Fabio Silva y le puso música a las intervenciones de Lucas Vázquez. Es cierto que el lateral se despistó y no cuerpeó con Fabio Silva en el centro, pero más verdad es que luego se rebeló como de costumbre y dio amplitud y profundidad al ataque. Lucas es así. Lo deja todo, incluso en contextos nada fáciles para él. Aunque el club no le hace ningún favor aislándole como único lateral derecho de aquí a final de curso, el gallego se lo toma con profesionalidad. En cualquier caso, todo fueron buenas noticias en un Madrid más afinado en la salida gracias a la dirección de Ceballos y la buena vista de Asencio. El desplazamiento del central es una virtud que ha quedado soterrada por su atención defensiva. El centro del campo se comió al de Las Palmas, impreciso Kirian en la distribución. El Madrid presionó mejor, forzó errores recurrentes en el rival e hizo que se jugara en campo amarillo. Valverde, como siempre, fue el mejor en ese aspecto. Parece buena idea alejar el balón del área de Courtois y debe ser un logro aspiracional para el Madrid si quiere de verdad tomar el sentido correcto hacia los títulos. Sin haber estado bien hasta ahora, ya es líder de LaLiga, un mérito aritmético que demuestra su potencial. Si rompe a jugar como contra Las Palmas, a saber quién le puede parar.

Uno contra tres

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El Madrid no estaba bien posicionado como bloque, pero Valverde fue capaz de anticipar dos veces gracias a su intensidad y pierna fuerte para provocar el ataque que supuso el 3-1. Ante tres jugadores amarillos se llevó el balón.

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