El mejor despertar del mundo
Y, ahora, ¿qué? La pregunta flotaba en el aire cuando los Juegos de Tokio pusieron el punto final a la mejor generación de siempre de nuestro baloncesto (la de las 11 medallas desde 2006 a 2019) con el adiós de los hermanos Gasol, Pau y Marc, y de Sergio Rodríguez. Retiradas que se sumaban a las pasadas de Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Carlos Jiménez... y que, claro, dibujaban un futuro sombrío para la Selección. Un mal sueño que parecía difícil (por no decir imposible) de conciliar, pero del que ahora no queremos despertar tras tres maravillosos y exitosos meses.
Nuestro baloncesto se ha levantado de la cama como nadie nunca lo había hecho. Como nadie pensaba que era posible, ni los más optimistas, la verdad. Y no solo por esos nueve metales de nueve posibles. Sino también por el juego, por la reivindicación de futuras estrellas como Aday Mara, Claudia Contell, Izan Almansa o Begoña de Santiago, y el despertar de las presentes con los Hernagómez, Juancho y Willy, como líderes de esa clase media de la Liga Endesa, que desde noviembre de 2017 fue a combatir a las Ventanas FIBA, una guerra de la que nadie quería saber nada y que acabó por seducir y enamorar a todo un país con ese oro imposible del Eurobasket en Berlín y el número 1 en el ránking mundial por encima de Estados Unidos. ¡Menudo despertar!